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El futuro del tabaco y las alternativas sin combustión

El tabaco bajo presión en 2025: impuestos, restricciones y el papel olvidado de las alternativas menos dañinas. Descubre el impacto en consumidores y mercado.

La semana pasada os hablé de los retos regulatorios previstos para 2025, destacando temas como el nuevo impuesto a la nicotina, el fin de los desechables, las bolsitas de nicotina, la prohibición de sabores en los vapers y la implementación del paquete genérico.

En esta ocasión, quiero centrarme en otros aspectos clave que afectan al sector: la presión fiscal al tabaco tradicional, las ampliaciones de espacios libres de humo y la falta de incentivos para las alternativas de menor riesgo. Analicemos cómo estos factores están transformando el panorama del consumo y la industria del tabaco.

Presión al tabaco tradicional

El tabaco ya parece haber asumido el impacto del impuesto con las subidas realizadas a finales de 2024. Mientras los precios se mantengan en niveles razonables para los consumidores, el sector seguirá funcionando sin poner en riesgo «la gallina de los huevos de oro». Pero, ¿dónde está ese límite?

Es importante recordar que la media salarial en España dista mucho de la de países como Francia o Reino Unido, que suelen ser las referencias cuando se habla de precios. ¿Estamos realmente jugando en la «Champions» sólo cuando interesa? Llama la atención que nadie mencione la media de precios en Europa, una comparación que sería mucho más realista y adecuada para el contexto español.

A pesar de estas inquietudes, el impuesto sobre labores de tabaco, por ahora, garantiza estabilidad. Mientras los consumidores puedan asumir los precios, el sector mantiene sus márgenes y compra tiempo para planificar su futuro. Sin embargo, es esencial no perder de vista la realidad económica del país para no comprometer la sostenibilidad del mercado.

Restricciones en espacios exteriores y públicos

Según nuestros sondeos, las medidas que prohíben fumar en espacios abiertos son las que más inquietan a los expendedores españoles. Y no es para menos. Estas propuestas combinan dos líneas de ataque que podrían conducirnos a la casi-prohibición del consumo de tabaco.

Por un lado, se habla de restringir el hábito en terrazas de bares y restaurantes, playas, parques e incluso en paradas de transporte público. Al final, el objetivo parece claro: eliminar por completo la posibilidad de fumar en cualquier espacio público. Si esta tendencia se mantiene, podríamos enfrentar un escenario similar al de Milán, donde ya no es posible fumar en ningún lugar al aire libre de la ciudad.

Esta prohibición extrema empuja al consumidor a un confinamiento forzado, limitando el consumo de tabaco exclusivamente al ámbito privado. Solo sería posible fumar dentro del hogar, lo que plantea serios interrogantes sobre el equilibrio entre la salud pública y el derecho individual a consumir un producto legal.

Prohibición de fumar en espacios privados (si hay menores de edad)

¿Fumar dentro de tu propia casa? Quizás tampoco sea una opción en el futuro. La segunda línea de ataque contra el tabaco ya apunta hacia el ámbito privado. Una de las propuestas más comentadas es la prohibición de fumar dentro del coche si hay menores de edad presentes. A simple vista, parece una medida razonable en defensa de la protección infantil.

Sin embargo, permitir que estas prohibiciones penetren en la esfera privada abre la puerta a escenarios mucho más restrictivos. ¿Por qué limitarse al coche? ¿Se podría llegar a prohibir fumar en apartamentos donde vivan niños? Si seguimos esta lógica, el consumo de tabaco podría quedar confinado a un punto donde ni en la calle ni en muchas viviendas sea viable.

Esto plantea un serio debate jurídico y social sobre el equilibrio entre la protección de la salud y el derecho individual a consumir un producto completamente legal. La situación se asemejaría a la del consumo de marihuana: un producto que solo puede ser utilizado en áreas privadas, mientras que su consumo público está sancionado. Pero hay una gran diferencia: la marihuana no genera ingresos fiscales para el Estado, mientras que el tabaco sí lo hace, a través de altos impuestos.

Sin incentivos para alternativas menos dañinas

Ninguna de las normativas, proyectos o notas de prensa del Ministerio contempla un tratamiento más favorable para los productos sin combustión, como vapeadores o tabaco calentado. Estas alternativas podrían ser clave para fomentar un cambio en los hábitos de consumo, pero el enfoque actual los equipara al tabaco tradicional bajo el argumento de que “todo es malo”.

Sin embargo, no todos los productos son iguales. Está demostrado que las alternativas sin combustión son significativamente menos dañinas. Además, las estadísticas de los países nórdicos, que lideran la reducción del tabaquismo, demuestran que incentivar este tipo de productos contribuye a disminuir tanto las enfermedades relacionadas con el tabaco como los costes sanitarios asociados.

El enfoque maximalista del Ministerio, que trata por igual a todas las formas de consumo, ignora esta evidencia y corre el riesgo de generar efectos contrarios a los deseados. Equiparar los productos sin combustión con el tabaco tradicional podría frenar el cambio de hábitos en los consumidores y, en última instancia, aumentar el número de fumadores de cigarrillos convencionales.

X. Tamareu

Abogado 19118

Tabaco a 12 euros y otras barbaridades

¿Estás listo para conocer la verdad detrás de la subida del precio del tabaco? Averigua todo lo que necesitas saber en este artículo revelador.

Estamos en campaña para la subida del precio de (los impuestos) del tabaco. Una medida que venía escondida detrás de la prohibición de fumar en algunos espacios públicos. Son medidas que como gusta decir, están sobre la mesa. El gobierno ha empezado a lanzar globos sonda. Tantos que parece un festival aerostático. El primero, como siempre, el del oportuno informe de “expertos” que consigue una gran difusión. “Los expertos aconsejan que el precio de las cajetillas de tabaco suba hasta los 12 euros para reducir su consumo”.

No es que no respete a los expertos. Puede que lo sean de medicina pero de derecho ni idea. Porqué, resulta que España lleva unos cuantos años en la Unión Europea, en eso que se llamaba antes el mercado común y las medidas unilaterales de un Estado miembro en estas materias son la receta perfecta para el desastre.

No podremos alegar que no lo sabíamos. Cuando Francia subió unilateralmente su precio del tabaco a esos niveles que algún experto les aconsejaba, la venta de tabaco en frontera, se disparó de tal forma que los estancos no daban abasto. Hoy Girona es la tercera provincia de más venta de España detrás de Madrid y Barcelona. Entre estos y los de zonas turísticas, los estancos españoles aprovisionan a gran parte de la población francesa (y más allá).

No podremos alegar que no lo sabíamos. La reacción del gobierno español ante esta realidad no fue otra que la de crear 30 nuevas  licencias en las localidades fronterizas como La Junquera (Girona), Les (Lleida), Urdax, Bera de Bidasoa y Luzaide-Valcarlos (Navarra) o Irún (Gipuzkoa) más que duplicando las existentes.

Como las nuevas licencias ahora se crean por subasta, Hacienda recaudó por estos nuevos estancos casi 60 millones de euros.

Pero no nos engañemos, el negocio de verdad lo tiene en las ventas en frontera. Casi el 80% de una cajetilla son impuestos y allí se venden millones y millones. Negocio redondo.

Los franceses llevan mucho más tiempo que nosotros en esto de la Unión Europea pero les sigue costando. En París algunos piensan que el mundo se acaba al final de la linea del metro. Me temo que es un mal contagioso. La burbujita de Madrid también puede autoalimentarse prescindiendo de la realidad. Con sus expertos, sus comités y sus consejos.

Lo que queda claro es que las consecuencias de una subida descontrolada del tabaco son conocidas por el propio gobierno (que actualmente disfruta y aprovecha sin vergüenza la de sus vecinos).

Las buenas noticias son por lo tanto, para Portugal que tiene una larga frontera con España. No es difícil de imaginar lo que pasará si el precio medio de nuestros vecinos se queda por debajo de 5 y el de España sube a los 10 de Francia. De hecho no hace falta imaginarlo, ya lo hemos visto. Como “experto” recomendaría subastar nuevos estancos en Valença AP-9 justo antes de Tui, Vila Verde da Raia en la A-24, Elvas en la A-5 camino de Badajoz y en Vilaformoso en l’A62. A ver que cara se nos queda…

Tampoco hace falta ser un experto muy experto.


Conoce las implicaciones ocultas del aumento de impuestos al tabaco

¿Cuáles son las consecuencias reales del aumento drástico de impuestos al tabaco? Hoy analizamos los impactos económicas y sociales

En nuestra travesía por desentrañar las propuestas del Plan Integral de Control del Tabaquismo, hoy nos sumergimos en el debate sobre el aumento del precio del tabaco como resultado de la escalada en los impuestos. ¿Qué consecuencias acarrearía esta medida?

Impacto del aumento de impuestos en el precio del tabaco

Como hemos argumentado en anteriores ocasiones, como en el artículo sobre vapeo Aumentar los impuestos no siempre es la mejor solución, debemos ser cautelosos al abordar la cuestión con el tabaco. A menudo, el incremento del precio final del producto puede ser el factor determinante en la decisión del consumidor.

En España, el 79,3% del precio de una cajetilla de cigarros corresponde a impuestos. Este dato es crucial para comprender la magnitud del gravamen que soporta este producto en nuestro país.

Comparativa europea: Precio y porcentaje de impuestos

Para tener una perspectiva más amplia, es necesario comparar la situación española con la del resto de Europa. En promedio, el coste de una cajetilla de 20 cigarros es de 5,4 euros en el continente, con variaciones notables entre países. Mientras que en Bulgaria el precio se sitúa en 2,7 euros, en Irlanda alcanza los 13,4 euros. En España, el precio medio se mantiene en 4,5 euros, en línea con la media europea y manteniendo un incremento sostenido.

Evolución Precio Tabaco España
Fuente CMT

Es relevante destacar que España lidera el ranking europeo en cuanto al porcentaje de impuestos sobre el tabaco. Con un 79,3%, supera a naciones como Portugal (75,6%), Italia (77,8%) o incluso a Alemania (71%).

Efectos adversos del aumento de impuestos

El incremento de los impuestos, y por ende del precio final, podría desencadenar una serie de efectos no deseados. Uno de los más preocupantes es el incentivo que esto podría representar para el mercado ilegal de tabaco. Los consumidores podrían verse tentados a recurrir a alternativas más baratas, y lamentablemente, el comercio ilícito del tabaco se frota las manos. ¡Esto significa una caída en las ventas legales en los estancos y un aumento en el tabaco de contrabando!

Conclusión: Una mirada más allá de los impuestos

Mientras el debate sobre el control del tabaquismo continúa, es esencial considerar todas las opciones disponibles. Si bien el aumento de impuestos puede parecer una medida atractiva en teoría, sus repercusiones prácticas deben ser evaluadas cuidadosamente. La transición hacia productos de riesgo reducido podría representar una alternativa más efectiva para reducir la tasa de fumadores, sin exponer a los consumidores a los riesgos del mercado negro.

En resumen, es crucial que las decisiones políticas en materia de tabaquismo se basen en un análisis exhaustivo de sus posibles consecuencias. El aumento de impuestos al tabaco, lejos de ser una panacea, podría resultar en un escenario aún más complejo de manejar.

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