El pasado 13 de febrero el economista publicó que el Presidente de la Unión de Estanqueros, organización representativa del sector ante la administración, había solicitado la creación de 3000 nuevos estancos. No sólo parece inaudito que los estanqueros pidan más estancos, para tener más competencia, y que su trocito de tarta sea menor si no que no parece tener cabida en la realidad del sector ya que la tarta cada vez es más pequeña. La creación de nuevas licencias mediante sistema de subasta supone que la gente va a pagar por ellas y que se adjudicaran al mejor postor. ¿Estará la gente informada de la cantidad de estancos que tienen a día de hoy rentabilidades bajísimas? El comisionado conoce perfectamente que muchas expendedurías tienen unos premios de tabaco, rendimientos brutos que apenas alcanzan a pagar sus gastos generales.
Expendedurías con premios de menos de 51.000 euros, ventas de 600.000 euros, una vez deducidos los gastos y los impuestos, difícilmente dan para sacarse un sueldo. Hagan los números. El propio Presidente de la Union, D. Mario Espejo, reconoce que previamente a la subasta quizás debería dejarse a las expendedurías con bajo rendimiento moverse libremente a zonas sin servicio. Esa si parece buena idea. Montar una subasta con lo que está cayendo podría acabar peor que Bankia, con los afectados reclamando porque se subastó algo que ya se conocía que no ofrecía la rentabilidad mínima.
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