Libertad individual vs. salud pública: ¿Dónde está el equilibrio? Exploramos los dilemas de esta controvertida medida.
En un debate que sacude los cimientos del mundo de los estancos y la hostelería, surge una pregunta que divide opiniones: ¿se debería prohibir fumar en las terrazas? Mientras algunos argumentan en favor de la salud pública, otros defienden el derecho individual a decidir sobre sus propios actos. Aquí te presentamos algunos de los motivos por los cuales habría que repensar la prohibición de fumar en las terrazas como sugiere el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo:
Colisión de derechos: ¿dónde queda la libertad individual?
Cuando hablamos de prohibir fumar en las terrazas, entramos en un terreno pantanoso donde los derechos individuales colisionan. Es crucial encontrar un equilibrio que respete tanto la salud pública como las libertades personales. Cualquier medida restrictiva debe cumplir con ciertos criterios, teniendo que ser necesaria, adecuada y proporcionada al fin que se persigue.
España, líder en regulación del tabaco
Es importante recordar que España está entre los 5 primeros países con mayor regulación de espacios libre de humo, además de contar con una de las regulaciones europeas más estrictas en cuanto al tabaco se refiere. Según los informes del Tobacco Control Scale, nuestro país se sitúa entre los líderes en la promoción de espacios libres de humo, lo que demuestra un compromiso claro con la salud pública.
Ocio desordenado y falta de civismo
Prohibir fumar en las terrazas podría tener consecuencias no deseadas, como el aumento de la aglomeración de personas en las calles y la proliferación de colillas abandonadas. Esto no solo afectaría al orden público, sino también a la imagen y salubridad de nuestras ciudades. Cosa que ya se ha constatado en Baleares donde esta prohibición temporal fomentó la desaparición de ceniceros que junto con el incivismo y la falta de concienciación ambiental hizo que el número de colillas en las calles aumentara sustancialmente.
Fumadores pasivos
También hay que tener presente que la duración de un encuentro en una terraza es limitado. En una terraza, no te conviertes en fumador pasivo. Para ser fumador pasivo se necesita una exposición larga en el tiempo, algo que no ocurre al aire libre en las terrazas. Varios estudios, entre ellos uno que duró siete años, realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) no encontró ningún vínculo estadísticamente significativo sobre el humo que puedan llegar a inhalar los fumadores pasivos.
La hostelería en peligro
La prohibición de fumar en las terrazas también supondría un golpe para el sector de la hostelería, que ya se enfrenta a numerosos desafíos. Muchos negocios dependen en gran medida de sus terrazas para mantenerse a flote, y esta medida solo empeoraría su situación económica. Teniendo en cuenta además, que en el 90% de terrazas según la Asociación de Hostelería de España no hay ni un problema entre clientes y el respeto entre fumadores y no fumadores es máximo.
El sentido común prevalece
Ante este debate, numerosas voces han alzado la voz en defensa del sentido común. Argumentan que la convivencia en las terrazas no supone ningún problema significativo, y que las personas son cada vez más conscientes de la importancia de respetar el espacio de los demás.
Además, que no se pueda fumar en la terraza de un bar pero sí a dos metros de ella, no tendría mucho sentido…
En resumen, prohibir fumar en las terrazas podría no ser la solución más efectiva para reducir el número de fumadores. En lugar de limitar las libertades individuales, deberíamos centrarnos en promover alternativas de riesgo reducido y en educar a la población sobre los riesgos de ciertos hábitos.
Y tu ¿estás a favor o en contra de prohibir fumar en terrazas? Únete al debate y comparte tu opinión con nosotros aquí