Diversificar el estanco: por qué quedarse atrás ya no es opción
Después del pan, Repsol triunfa con otro producto que no te imaginas. Descúbrelo y entiende por qué diversificar funciona.
Mientras tú esperas, otros ya están actuando
Diversificar el estanco ya no es una tendencia, es una necesidad. Mientras tú esperas, otros sectores como las gasolineras ya están actuando. Shell, Galp, Repsol… todas están transformando sus puntos de venta en espacios multiservicio.
Ya no se limitan a vender combustible, están ofreciendo servicios que hace poco ni imaginábamos fuera de un banco, una panadería o una tienda especializada.
Y lo están haciendo bien. Porque han entendido algo que tú también deberías tener claro: el cliente quiere hacer más cosas en menos sitios.
Diversificar no es un experimento. Es una estrategia que da resultados.
Repsol es un ejemplo claro de cómo diversificar da resultado. Actualmente vende más de 15 millones de barras de pan al año. Se ha convertido en uno de los mayores vendedores de pan en España. Y eso no es todo: también lidera las ventas de gafas de sol, con más de 4 millones de unidades vendidas en 2024. En verano, una de cada diez gafas del país se vende en una gasolinera. ¿Sorprendido?
¿Y el café? Más de 7 millones de cafés al año en sus estaciones. Todo eso, mientras tú sigues preguntándote si ofrecer servicios añadidos merecerá la pena.
La respuesta es clara: sí, funciona.
Servicios que fidelizan: razones para diversificar el estanco
¿Quieres seguir vendiendo solo productos regulados mientras otros comercios amplían su papel en la vida del consumidor?
El estanco tiene todas las cartas para jugar en esa liga: ubicación estratégica, cercanía, confianza del cliente… Solo falta dar el paso. Diversificar el estanco te permite atraer nuevos perfiles, aumentar la frecuencia de visita y convertir tu local en algo más que un punto de venta.
Porque no se trata solo de vender. Se trata de resolver necesidades reales: hacer una gestión, recibir un paquete, sacar efectivo, pagar un recibo, recargar el móvil. El cliente quiere agilidad. Tú puedes dársela.
¿Quién se quedará con ese cliente?
Los estancos tienen una oportunidad real. Pero como en todo, el que no se mueve, pierde. Y esta vez, puede perder mucho más que una venta: puede perder su lugar en el barrio.
Si tú no das el paso, otros lo darán. Y ya lo están haciendo. Gasolineras, supermercados, tiendas de conveniencia… todos quieren ser ese punto resolutivo que el cliente necesita.
Ser útiles es ser imprescindibles
Cuando un cliente entra a tu estanco y puede resolver más de una cosa, vuelve. Y cuando vuelve, compra. Y cuando compra, te recomienda.
Así funciona. No es solo negocio. Es posicionamiento.
El momento es ahora
El papel del estanco está cambiando. Y eso no es una amenaza. Es una oportunidad.
Una oportunidad de reforzar tu tienda, tu marca y tu papel como comercio esencial de proximidad.
¿Te sumas a la diversificación o la dejas pasar?