Vapeadores ilegales en Irlanda: el mercado negro se fuma la ley
Los vapers clandestinos ya dominan parte del mercado en Irlanda. Sin control ni impuestos, el contrabando crece. ¿Quién protege al usuario?
Irlanda está en una encrucijada. Mientras crece el consumo de vapeadores, el mercado negro se dispara sin que nadie lo pare. Y la bomba ya ha estallado.
Casi la mitad del mercado va por libre
El sector del vapeo mueve 550 millones de euros al año en Irlanda. Pero una parte enorme de ese negocio se escapa a la ley.
Según el último informe de KPMG, una de las cuatro grandes auditoras del mundo, se estima que entre el 34 % y el 45 % de los productos que se venden son ilegales. Y eso es un problema muy serio.
Hablamos de dispositivos que no pagan impuestos, no pasan controles sanitarios y se venden en cualquier parte sin pasar filtro.
Un sistema de inspección que no da abasto
¿Sabes cuántas inspecciones se realizan al año? Solo 40 en todo el país. Una cifra irrisoria para un mercado que mueve millones.
Con tan poca vigilancia, los productos ilícitos circulan con total impunidad, mientras las autoridades apenas hacen ruido.
Nuevas normas, pero sin control real
A esto se suma un doble problema:
- El retraso en aplicar impuestos especiales.
- La inminente prohibición de sabores en vapeadores.
Si no se refuerza el control, estas medidas solo empujarán a los consumidores al mercado negro. Más barato. Más accesible. Y sin reglas.
El sello fiscal: una solución a medias
Una de las propuestas es implantar timbres fiscales obligatorios. Servirían para identificar lo legal a simple vista.
Pero un sello sin vigilancia es como poner una alarma sin policía. Si nadie lo comprueba, no sirve de nada.
Un peligro para todos
El vapeo ilegal no solo daña al comercio. También pone en riesgo la salud pública, reduce ingresos fiscales y fomenta redes de contrabando.
El mensaje es claro: no se trata solo de prohibir, sino de controlar de verdad. Porque cuando falla el control, perdemos todos.