Con solo un 4,5% de consumo de tabaco tradicional, Suecia da una lección global apostando por alternativas sin combustión. ¿Por qué no seguir su ejemplo?
Suecia ha hecho historia. Se ha convertido en el primer país del mundo en ser oficialmente libre de humo. ¿Qué significa esto? Solo el 4,5% de los adultos nacidos en Suecia fuman.
Este logro es impresionante si consideramos que la media de tabaquismo en Europa ronda el 24%. Suecia está marcando el camino hacia un futuro más saludable. Pero, ¿cómo lo ha conseguido?
De un país fumador a un modelo a seguir
En los años 60, casi la mitad de los hombres suecos fumaban. Sin embargo, algo cambió. El gobierno adoptó un enfoque pragmático: priorizó la reducción de daños frente a la prohibición.
Optaron por promover alternativas menos dañinas al tabaco, como el snus (tabaco oral), bolsitas de nicotina y vapers. Estos productos, legales y accesibles, se convirtieron en herramientas clave para reducir el tabaquismo.
El doctor Delon Human, líder de Smoke Free Sweden, afirma que este modelo es una inspiración para el mundo. “Es una prueba de que las políticas inteligentes pueden salvar vidas”, asegura.
Menos impuestos, más salud
Suecia también ha sido estratégica con los impuestos. Los productos libres de humo son más baratos que los cigarrillos tradicionales, lo que incentiva su uso.
A esto se suman campañas de educación pública que informan sobre los riesgos del tabaquismo y las ventajas de las alternativas. Como resultado, los consumidores han tomado decisiones más saludables.
El país no solo fuma menos, también sufre menos enfermedades relacionadas con el tabaco. Su tasa de cáncer es un 41% menor que la media europea.
¿Y el resto del mundo?
Mientras Suecia celebra, otros países están lejos de alcanzar sus objetivos. Políticas rígidas y prohibiciones limitan el acceso a alternativas más seguras.
El doctor Human lanza un mensaje contundente: “El éxito de Suecia demuestra que es posible. Es hora de que los gobiernos revisen sus estrategias y apuesten por la reducción de daños”.
El futuro está en nuestras manos
Suecia ha demostrado que un enfoque pragmático, basado en evidencia, puede transformar la salud pública. Ahora, la pregunta es: ¿será España capaz de seguir su ejemplo?
Resulta sorprendente que los gobiernos sigan resistiéndose a adoptar medidas que ya han demostrado su eficacia, optando en cambio por prohibiciones que generan dudas. ¿Asumirán su responsabilidad si estas políticas prohibicionistas no logran los resultados que Suecia ya ha alcanzado? ¡No parece tan complicado copiar lo que ya funciona!
Suecia no solo lidera el camino, sino que invita al resto del mundo a replantearse cómo abordar el tabaquismo.