Con 170 nuevas licencias y un 15% de fracasos, la última subasta de estancos genera ciertas dudas, ¿funcionará este sistema en el futuro?
El 26 de julio de 2022, pronto se cumplirán dos años, se publicó la primera subasta de estancos de la historia. La ley que otorgaba al Ministerio la posibilidad de convocar subastas de nuevas licencias llevaba años en vigor, pero nunca se había convocado ninguna. Las últimas licencias aún se habían creado por concurso público en 2003.
20 añitos.
Y si nadie se había puesto a ello, por algo sería.
El 22 de mayo de 2024 se publicó la tercera y última de las resoluciones que adjudican estancos en la subasta. En total se han creado 170 nuevas expendedurías. 170 de las 201 que se ofertaron. 31 han quedado en nada. La mayoría porque no han interesado a nadie. Detrás de las recaudaciones millonarias de los estancos de frontera, de los polígonos exitosos de costa y algunas áreas metropolitanas, se esconde un fracaso; el escaso interés por las licencias situadas en zonas “normales”. Estas o han quedado desiertas o se han adjudicado a precios muy bajos.
Lo digo porque la subasta pretende ser el sistema de adjudicación ordinario para renovar las licencias, por ejemplo, una vez se agoten los trece años que les van a quedar a muchas. Estas licencias que llegarán a su vencimiento no están todas en costa o frontera. Esta subasta genera serias dudas sobre si va a funcionar como sistema general. Un 15% de estancos no adjudicados parece mucho y algunos precios de los adjudicados no merecerían la subasta.
Por otro lado, dos años parece un periodo muy largo. Y si estás pagando un alquiler para reservar el local en el polígono durante los 23 meses, eterno.
Dejar constancia no obstante que el Comisionado ha manifestado que está muy satisfecho del resultado. Veremos si la nueva ley sigue considerando la subasta como el sistema de creación de nuevas licencias. Creo que vendría bien una reflexión.
X. Tamareu
Abogado 19118