Como ya informamos en Infoestancos –link– los riesgos de dejar de fumar con medicamentos cuyo principio activo es la Vareniclina, como el CHAMPIX de Pfizer, genera enormes dudas por sus efectos secundarios.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, ahora ha suspendido de forma provisional su venta y distribución, tras reconocer Pfizer que se han encontrado niveles tóxicos de nitrosaminas cancerígenas en algunos lotes.
Hablamos de un medicamento que genera a la multinacional farmacéutica unos ingresos anuales de 1.000 millones de dólares.
Se supone que el medicamento en cuestión reduce el síndrome de abstinencia para dejar de fumar disminuyendo el placer que supuestamente se obtiene de la combustión del cigarrillo, al mantener un alto nivel de dopamina. Entre los efectos secundarios del principio activo, que se documentan desde hace años, aparecen cientos de casos de suicidios, de agresiones, psicosis o alucinaciones… y ahora parece que también es cancerígeno. Una maravilla, vamos.
La retirada temporal del medicamento «coincide» con la finalización de la patente de Pfizer, y por tanto, de la exclusividad de venta durante este 2.021, para poder pasar a ser comercializado como genérico. Casualidad o no, lo cierto es que todo este embrollo no deja en buen lugar ni a Sanidad ni a Pfizer en una coyuntura pandémica como la actual, cuando se nos pide confianza ciega a ambos.
Ya lo contamos en el 2019, peor el remedio que la enfermedad.