En nuestra pasada encuesta sobre si es negocio o no, para el estanquero, la distribución de la paquetería obtuvimos más de 1.000 respuestas.
El resultado no deja dudas: la paquetería no es un buen negocio para el estanquero. La opción mayormente escogida con cerca de un 50% (49,7%) es que la paquetería no tiene margen comercial, que no se gana nada para el riesgo que conlleva la actividad. Si a esta respuesta le sumamos la de un 10,4% de que con la distribución de la paquetería nos toman por el pito del sereno, ambas respuestas suman un total del 61% de la opinión total de la encuesta. Un 27% es optimista, cree que esta actividad puede mejorar los ingresos por las sinergias que genera, por la entrada de nuevos clientes no habituales a nuestro estanco, mientras que un 12% está a la expectativa de a ver qué pasa.
Es obvio que la red de expendedurías es un chollo para la distribución y venta de cualquier producto: el secreto es su capilaridad, estamos en cualquier lugar del territorio nacional, y lo segundo, somos baratos, muy baratos (acostumbrados a comercializar productos con escaso margen comercial). Si a esto le sumas que muchos estancos ya no son rentables con los productos habituales, siempre hay quien quiere aprovecharse. Y por qué se aprovechan, está claro, a las ventajas anteriores hay que sumarle la falta de unión que permita una negociación fuerte, potente y de futuro, de manera global de cualquier producto que entre en un estanco.
Como ya advertíamos en nuestro artículo anterior «paquetería en estancos, ¿es un buen negocio?«, los riesgos que asumimos no son pocos por el ridículo margen que se nos ofrece. La mayoría de las respuestas, un 60%, van en esa dirección. O es negocio para todos, o no es negocio.