Las ‘golosinas de nicotina’ son productos en forma de caramelos, dulces, o chucherías diseñadas para liberar nicotina a dosis controladas. Son —o deberían ser— para consumidores adultos, pero su formato llamativo y sabor agradable pueden resultar atractivos para los jóvenes. Algunos, además, pueden adquirirse en cualquier parte aprovechándose de los vacíos legales a su alcance.
Las chucherías de nicotina surgieron inicialmente para ser utilizadas como una alternativa a fumar cigarrillos o como un método de reducción de la dependencia a la nicotina. Proporcionan una forma de administrar nicotina sin la inhalación de humo o la combustión asociada con el tabaco convencional. Pero contienen nicotina. Y la nicotina, como el tabaco, es para adultos, independientemente de su aspecto o forma de consumo.
Existen varios tipos de chucherías de nicotina disponibles en el mercado. Algunos ejemplos comunes incluyen:
▪ Chicles. Se mastican para liberar gradualmente la nicotina en el organismo.
▪ Gominolas de sabores en forma de ositos, tiras, cuadraditos, azucaradas por fuera…, la gama es infinita.
▪ Caramelos que se disuelven lentamente en la boca y liberan nicotina.
▪ Piruletas y chupachups. Funcionan como los caramelos.
▪ Pastillas y pastillas sublinguales. Son pastillas pequeñas que se colocan debajo de la lengua y se disuelven lentamente liberando la nicotina, que se absorbe a través de la mucosa oral.
▪ Vapers —con o sin nicotina— que tienen formas infantiles. Por ejemplo, imitan a un superhéroe o superheroína.
Estos son solo algunos ejemplos de las muchas golosinas de nicotina disponibles en el mercado. La variedad de estos productos puede variar según el país y las regulaciones locales.
En este país, nuestro deber como estancos es —como ha sido siempre— proteger a los menores ante todo lo relacionado con el mundo del tabaco, la nicotina, y el acto de fumar. Desde Infoestancos pedimos al Comisionado para el Mercado de Tabacos que deje ya de mirar hacia otro lado y tome cartas en el asunto. Sin demora.