CBD. El mercado español en 2024. ¿Dónde estamos?
Sección TRIBUNA PROFESIONALTribuna abierta para los profesionales del sectorCompartimos el conocimiento, experiencia, propuestas, opiniones e ideas de comercialización sobre los nuevos productos en el canal estanco.
En los últimos 5 años el mercado del CBD en España ha crecido a un ritmo del 35% anual, fruto de su creciente adopción en el comercio especializado y en los canales de distribución tradicionales, como los estancos. Los desafíos regulatorios han lastrado el desarrollo del mercado, pero no han impedido su expansión a cada vez más productos de consumo. España debe abordar la normalización del CBD y sus numerosas oportunidades.
La planta del cannabis produce principalmente dos cannabinoides: el THC, de efectos psicoactivos y estupefacientes; y el CBD, sin efectos psicoactivos, pero con propiedades medicinales, además de beneficios contra el estrés y la inflamación.
En los últimos años, el CBD ha sido un ingrediente cada vez más utilizado tanto en medicamentos y cosméticos, como en productos para ingestión, y también en artículos destinados a ser inhalados: la flor seca, entera o molida, los conos preliados y los vapeadores.
Según el Informe del Mercado del Cannabis en España de Cannamonitor, existen más de 250 marcas y 500 tiendas dedicadas al CBD, representando un mercado pequeño, pero de fuerte crecimiento en los últimos años.
La falta de harmonización regulatoria ha lastrado el mercado
El mercado español fue de los primeros en desarrollarse en Europa, con el auge del cultivo de cáñamo que pasó de 61 hectáreas en 2016 a 510 hectáreas en 2021.
La sentencia del TJUE en el caso Kanavape de 2020 dejó claro que los estados miembros no podían prohibir la importación de CBD producido lícitamente en otro país del mercado común, pues no está bajo el control de los tratados internacionales de estupefacientes.
Sin embargo, la interpretación restrictiva de la Agencia del Medicamento y la Fiscalía Española ha considerado al CBD como “cannabis”, fiscalizado internacionalmente como narcótico, pese a su bajo contenido de THC. Por ello la producción nacional ha quedado limitada a aquella con fines medicinales bajo licencia de la Agencia.
Esta misma posición tomó el Comisionado para el Mercado de Tabacos en 2020, considerando como “cannabis” estupefaciente los productos derivados de la flor de CBD, oponiéndose a su comercialización lícita en los estancos.
Esta falta de harmonización con Europa ha generado la situación contradictoria en la que productos importados de Italia, Suiza o República Checa están disponibles en el mercado, mientras que la producción local es casi inexistente.
Sin embargo, y pese a las advertencias del Comisionado, en 2024 atestiguamos la venta de flores de CBD allí donde la población los demanda: en miles de estancos de todo el territorio, con etiquetaje en tanto que producto ornamental, infusión, etc.
Pese a las sentencias judiciales que establecen que no supone ningún delito comercializar CBD al no ser productos psicoactivos, muchos estanqueros siguen sin atreverse a venderlo, lo cual ha limitado mucho el desarrollo del mercado.
Diferentes opciones legales para normalizar el CBD
En los países de nuestro entorno, varios modelos regulatorios han clarificado la situación del CBD para permitir su venta libre en el canal especializado, farmacias o estancos:
- En países como Italia y Estados Unidos se adoptaron leyes específicas para el cáñamo permitiendo comercializar sus derivados, que solo estarían fiscalizados en cuanto a su contenido en THC. Este modelo da seguridad jurídica a los operadores siempre que no se supere una tasa de THC determinada, pero crea vacíos legales al no establecer condiciones específicas para la producción y comercialización de CBD.
- Suiza y Bélgica regularon el CBD bajo la legislación del tabaco, aplicándole el mismo trato a efectos fiscales. En 2020 Suiza permitió vender la flor también como producto no relacionado con el tabaco. Esto permite encuadrar la dispensación de productos para inhalación en un marco regulado y canal de distribución establecido, pero impone una carga fiscal indebida a estos productos que promueve el incumplimiento, además de dejar en el aire la regulación de otros formatos de producto no-inhalables.
- En Francia, la decisión del Consejo de Estado de 2022 en respuesta a un intento de prohibición del Gobierno estableció que no se puede impedir la venta de flores, puesto que no son estupefacientes y no suponen riesgo para la salud pública. Esta vía ha permitido un boom de la producción y el comercio en el hexágono, incluyendo su venta en la mayor parte de los estancos, sin imponer regulaciones adicionales a la venta.
- En Canadá, el CBD fue regulado como cannabis de uso adulto con la legalización integral de 2018, independientemente de su contenido en THC. Este modelo tiene la ventaja de legalizar también el THC para uso lúdico, pero podría dificultar el acceso del CBD a la gran distribución si solo se regula un canal especializado, y significaría supeditar la regulación del CBD a la todavía incierta legalización del cannabis en general.
De los cuatro modelos, aquel que en un mundo ideal consideraríamos más deseable sería una Ley del cáñamo, el cannabis no-psicoactivo y sus productos derivados, que regulara tanto la producción, como la distribución y la comercialización de todas las categorías de productos no-psicoactivas, subiendo el límite de THC del actual 0,3% al 1%, lo cual generaría grandes oportunidades de negocio en toda la cadena de valor.
Sin embargo, una posición quizás políticamente más viable y realista sería un modelo análogo al francés, mediante la regulación negativa por parte de la Agencia del Medicamento que reconociera que los productos de cannabis no-psicoactivos como la flor de CBD no son ningún estupefaciente. Esto eliminaría la inseguridad jurídica para las ventas en estanco, internet o tienda especializada y liberaría la oferta para cubrir una demanda en auge.
Mientras la regulación no llega, el CBD sigue ganando espacio
Desenmarañar el embrollo legal del CBD es necesario para dar cauce a este interesante sector que ya está normalizado en los países de nuestro entorno. Mientras este momento no llega, seguiremos observando la expansión del mercado en la zona ‘gris’.
La red de estancos puede jugar un papel importante al ser el sitio de referencia para productos de consumo inhalables, pero recomendamos recibir asesoramiento legal y sospesar bien los riesgos y oportunidades antes de lanzarse a comercializar CBD en el estanco.
Arnau Valdovinos
Fundador y consultor principal de Cannamonitor, Arnau se dedica a atar los cabos de la cadena de suministro global mediante su análisis independiente del mercado internacional del cannabis. Defensor de políticas de drogas basadas en la evidencia, desde 2018 Arnau ha proporcionado inteligencia y recomendaciones ejecutivas a empresas de cannabis medicinal, recreativo y CBD en 19 países de 5 continentes.