No nos engañemos, el Comisionado nunca funcionó bien. No es que seamos unos quejicas sin remedio, es que realmente no han conseguido llegar a los objetivos mínimos que ellos mismos establecieron en la famosa carta de servicios.
Si algún día te llega un permiso de PVR antes de los 10 días, tu reacción es más bien de sorpresa. Efectivamente, hemos llegado a ese punto en que cuando algo funciona como es debido, es tan excepcional que sorprende. ¡Gratamente!
Como nunca hemos ido a la hora, la pregunta es más bien si estamos yendo o no a peor. ¿Llegará a funcionar la web de manera fiable como si de la de la AEAT se tratara? ¿Conseguiremos cumplir con los plazos?
Cada día nos llegan vuestras quejas, la mayoría centradas en los perjuicios que causa algún retraso injustificado. A los efectos de lo que nos interesa a los estanqueros, aparecen tres grandes agujeros negros:
1.- La gestión de los permisos de PVR. Los retrasos, los permisos perdidos, las dificultades para contactar con el Organismo, la falta de información, la desesperación de los bares, el enorme perjuicio causado a nuestros ingresos (que jamás reclamaremos).
2.- El retraso por encima de los tres meses de algunos cambios de nombre y cambios de emplazamiento que curiosamente parecen tener un nombre y (dos) apellidos siempre coincidentes. A veces falla el sistema, a veces una de las piezas. Parece evidente que el comisionado adolece de una carencia de personal e inversión estructurales, pero también lo es que algunos no ayudan.
3.- La gestión de las expendedurías transitorias y habilitaciones temporales. Un proceso lento, lentísimo. Cómo no te lo tomes con muchísima previsión, pasará el evento, la fiesta o el verano y aún no tendrás el permiso.
Empecemos por el principio, una queja de un estanquero muy bien formulada sobre permisos de PVR. Sólo a título de ejemplo:
El 30/07 del año pasado (2018), solicitamos un permiso para vender solamente puros a un hotel que pertenece al municipio colindante.
Según el art. 42 del RD 1199/1999, “Tratándose de cigarros, la elección podrá hacerse entre las tres expendedurías más próximas que dispongan de las instalaciones adecuadas para su conservación, con diversidad de vitolas, y que garanticen un suministro inmediato”. Es decir la ley especifica claramente que este caso no exige que sea el mismo municipio, sino que la elección se hace en base a la cercanía, por la variedad y estado de conservación de los puros.
Así pues, siendo el estanco más cercano al hotel en cuestión que solicitaba el permiso, y siendo la nuestra una de las cavas más surtidas de la zona, es evidente que cumplo con los requisitos legales.
Después de no recibir ninguna respuesta (ni favorable ni desfavorable) por parte del Comisionado, les mandamos una carta exponiendoles los motivos por los cuales cumplimos con lo requerido. De nuevo, sin respuesta. Posteriormente hemos intentado contactar con el Comisionado en inumerables ocasiones por telefono e incluso por e-mail (la esperanza es lo último que se pierde, todos sabemos que NUNCA contestan un e-mail). Todo en vano.
Hoy, finalmente, me descuelga una chica que me dice que no soy de los tres estancos más cercanos (yo le he contestado que sí, que aunque no sea del mismo municipio soy, de hecho, la expendeduría más cercana se mire como se mire), y ella erre que erre que no cumplo porque no soy de las expendedurías más cercanas. Luego cambia el argumento y me suelta que al ser distinto municipio no puedo solicitar el permiso. Yo, con toda la paciencia que he podido, le he comentado que solamente nos interesa venderles puros, en ningún caso cigarrillos, y que en dicho caso sí puedo, si cumplo con lo que he citado antes. Ella ha insistido en que no, y me ha dicho que su trabajo no es discutir esto conmigo (vaya, ¿para qué está entonces, si tampoco contesta emails y nunca atiende llamadas?), y me ha dicho que me pasaría con alguien del área para que le comente lo que le estaba diciendo a ella. Me ha tenido 5 minutos en espera, y me ha colgado.
Escribo esto con la impotencia de saber que dependemos de unas personas a las que les da absolutamente igual todo, que no nos atienden como es debido, que después de varias llamadas fallidas, y de esperar con paciencia nos cuelgan cuando no saben qué responder.
Venga. Para muestra un botón. La semana que viene una muy bonita de un señor que lleva más de cuatro meses esperando un cambio de emplazamiento sin noticia alguna y pagando religiosamente (digamos) los dos alquileres.. y recibe una respuesta de notelopierdas..
