Mark Twain, el famoso escritor estadounidense de Las aventuras de Tom Sawyer, es conocido en el mundo de los cigarros por su celebérrima (y maravillosa) cita de «Si no puedo fumar cigarros en el Cielo, no iré». No sabemos (aún) si Twain sigue disfrutando de su placer allá arriba, pero lo que podemos dar por seguro es que cualquiera que sea el lugar donde haya decidido ir a fumar un buen cigarro, deberá contar con un humidor a la altura. Porque sin humidores, tampoco hay paraíso que valga.
Los buenos aficionados sabemos que la mejor manera (a veces única) de conservar los cigarros es en un humidor, que no es más que un dispositivo que protege a los cigarros en un ambiente de temperatura y humedad controlados, para mantenerlos en condiciones similares a aquellas en las que originariamente creció, fermentó y se roló el tabaco que contienen. Es decir, recrear el clima húmedo de las zonas de procedencia del tabaco.
¿Qué aspectos debes tener en cuenta a la hora de elegir un humidor?
Son dos los requisitos básicos que todo humidor debe cumplir para cumplir su función principal que no es otra que mantener frescos (vivos) los cigarros para que conserven sus propiedades organolépticas e, incluso, puedan mejorarlas con un tiempo extra de añejamiento en el humidor:
A partir de aquí, las versiones de humidores son tan variadas que la elección llega a convertirse, en ocasiones, en un auténtico dolor de cabeza para el recién iniciado. Para ayudar a ordenar intereses y prioridades, aquí traemos una clasificación muy resumida que contiene las opciones y los parámetros comunes a tener en cuenta en la búsqueda de humidor:
Tipo de humidor
Material
Dentro de la ingente cantidad de opciones que podemos encontrar en el tipo de material utilizado para fabricar humidores, estas son las más habituales:
La mejor elección es, sin duda, un humidor con el interior compuesto por láminas de cedro español, dado que resiste y puede conservar su forma en condiciones de humedad que podrían dañar otros tipos de madera.
Además, el cedro no sólo es la madera preferida para la conservación de cigarros, sino, también, para su añejamiento, ya que absorbe y expulsa la humedad de tal forma que ayuda a madurar la liga de tabacos que compone el cigarro. Y puede llegar a mejorar aroma y sabores, en definitiva, incrementar la calidad del cigarro. Como afirman algunos expertos, la madera de cedro española realza el aroma del tabaco después de un largo periodo de tiempo en contacto, causando similar reacción sobre el tabaco que el marinado sobre la comida.
Coste
El coste de un humidor depende de muchos factores, entre los que se incluyen el diseño, el material y la capacidad de almacenamiento. Puede suponer un importante desembolso económico, sobre todo para profesionales del sector que necesitan una cava de cigarros o un armario humidor. Pero para los mortales aficionados, es posible encontrar, afortunadamente, alternativas mucho más económicas, cómodas e igualmente funcionales en los humidores personales, con un rango de precio que suele rondar entre los 100 € y los 1.000 €.
Control de temperatura y humedad
Las condiciones idóneas para la conservación de un cigarro son las que se presentan en un ambiente de temperatura de 18-20º con una humedad relativa al 65-75%. Si no se consigue generar este ambiente pueden pasar dos cosas:
En cualquiera de los dos casos, estarás privado del disfrute del cigarro.
Ya sabemos que un humidor requiere de un dispositivo que mantenga los niveles de humedad necesarios para la correcta conservación de los cigarros (fuente humidificadora). Algunos humidificadores, además, vienen complementados con higrómetros o medidores de la humedad, que ayudan a controlar que los niveles sean los adecuados. Estos medidores pueden ser:
No obstante, un consejo: tomad los datos del termómetro o del higrómetro como orientativos sobre la temperatura y humedad que se supone correcta, pero no pongáis la mano en el fuego por ellos. La verdadera medida del rendimiento de un humidor será la condición en la que se encuentran los cigarros que contiene. Y la perfecta es cuando comprobamos que los cigarros exudan un poco de aceite.
Los problemas pueden ser detectados cuando los cigarros presentan estos síntomas:
Mantenimiento
Mantener un humidor es mucho más fácil de lo que uno imagina, y tiene la misma carga de trabajo que, por ejemplo, cuidar de unas plantas. Sólo hay que hacerse responsable de que el humidor quede bien cerrado después de cada apertura para introducir o sacar cigarros, y agregar agua destilada periódicamente al dispositivo de humidificación. Es importante utilizar siempre agua destilada, dado que el agua del grifo suele generar moho, puede alterar el sabor de los cigarros y, además, contiene minerales que destruyen la eficacia del sistema de humidificación tras un uso continuado.
Por supuesto, un poco de sentido común también ayuda. Exponer un humidor a temperaturas extremas, como a la luz directa del sol o bajo las corrientes de un aire acondicionado no parece lo más apropiado ni para un humidor ni para los cigarros.
Conviene revisar una vez por semana el nivel de humedad, porque si los cigarros empiezan a arrugarse o los notas empapados, para evitar que el moho haga acto de presencia, mantén abierta la tapa de tu humidor durante unos cuantos días o extrae el agente humidificador del dispositivo hasta que las cosas vuelvan a la normalidad.
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