El criterio de valoración más utilizado es la “Valoración por rendimiento” que nos dará una primera idea aproximada sobre la que ir trabajando el resto de aspectos a considerar.
La valoración más comun es “rendimiento neto x 3”. Este es un criterio muy estricto que se aplica en zonas donde la competencia es muy alta, es decir, zonas en que hay muchos estancos intercambiables en venta. En las areas metropolitanas de las grandes ciudades, el comprador, que mira y pregunta, tiene muchos estancos donde elegir y lo primero que ve de un vistazo es la relación que hay entre el precio y el volumen de ventas. El precio y el volumen de ventas son los dos parametros que normalmente salen en todos los anuncios por Internet y si la proporción está claramente fuera de la media (en un lugar, insisto, en que se pueden hacer medias porque hay varios), el estanco queda automáticamente descartado.
Pero una vez se entra en harina, más que el volumen de ventas, lo que se mirará, finalmente, es el rendimiento neto. Es decir, cuanto me deja esto (antes de impuestos), o mejor aún, cuanto me dejará… Cuando hablamos de rendimiento neto, hay que coger los ingresos (eso es fácil de analizar con un resumen de TPV o de deducir por las compras) y restarle los gastos. Pero no son los gastos que se tienen, son los gastos que se tendrán!. Por ejemplo: Muchas veces el estanquero que vende puede ser propietario del local y lo alquilará, la renta de alquiler será un gasto que tendrá el nuevo estanquero que el antiguo no tenía. O al contrario, si es un estanco llevado por dependientes y pasa a llevarlo personalmente un comprador y su conyuge (clásica compra para autoempleo).
En general en las zonas con menos estancos en oferta el cálculo de rendimientos por tres se queda corto y puede fácilemnte subir hasta cuatro pero eso depende también otros factores:
¿Cuanto le queda a la licencia?
Este factor ha pasado a la fecha a ser un criterio determinante. Hablando en plata, en el mercado hay en la actualidad licencias que estan consumiendo los 16 años y otras que no empezaron a contar sus 30. Si el estanco ya había sido traspasado antes y quien lo vende ya lo había comprado en su día, hay que contar los 30 años desde el primer traspaso para saber cuantos le quedan. En el precio final va a pesar mucho el plazo de años que nos quedan para poder desarrollar la actividad.
¿Cómo se vende el tabaco?
Tenemos un cifra de ventas, pero el cómo también pesa. ¿Es mostrador o hay mucho segundo canal?, ¿Cuantas horas abre?, ¿Sábados por la tarde?, ¿Domingos?, ¿tenemos capacidad de subirlo un poco más o ya va a tope?, ¿Qué ratio poblacional tiene la ciudad/pueblo dónde estamos?, ¿Cómo funcionan nuestros competidores, son muy fuertes? Y finalmente, todo esto ¿Cómo se valora en dinero?.
El mercado sobrevalora a día de hoy la venta por mostrador. Una de las preguntas clásicas es el número de tiques. Cuando el tabaco se vende en mostrador, permite, en teoría la venta cruzada con otros artículos de mayor margen. La venta a través de máquinas, es una venta de volumen, y se valorava cómo una venta que daba menos trabajo, pero ahora, con la gestión delegada generalizada y la trazabilidad, también da su trabajo. Sea como sea, la gente valora mostrador. Las tasaciones acostumbran a sobreponderar esa venta.
La ratio poblacional.
Un estanco puede vender mucho o poco y eso es lo que se valora, pero también puede tener capacidad (recorrido) para vender más y eso también puede valorarse. La ratio poblacional es el número de habitantes del muncipio dividido por el número de expendedurías. Como hace tantísimo que no hay un concurso, durante ese tiempo algunos municipios han crecido y otras han visto menguada su población. Hay ratios muy distintas. De 2.500/3.000 que es malita a 5.000/6.000 que es un chollo. El análisis de esto es más complicado que la mera división porque hay barrios, zonas alejadas, estructuras de crecimiento basadas en urbanizaciones que pueden llevarnos a engaño, etc…