Uno de los grandes debates que llevamos años arrastrando es el del segundo canal. Los hay a favor y los hay en contra. Cada uno según dónde está y cómo le va. Es normal. Ya llevamos unos cuantos días (hoy hace más de un mes) sin segundo canal. Desde que empezaron a cerrar los chinos y después todos por orden gubernativa, a excepción de algunas tiendas de conveniencia y de los quioscos, nos hemos quedado solos vendiendo el tabaco.
Puedo entender perfectamente la percepción de algunos compañeros que consideran que este mes ha venido a probar que el segundo canal es un follón innecesario. Y lo de que es un follón y una molestia constante lo vamos a ver pronto. Cuando se levante esto de la alarma y todos los permisos cuya fecha ha expirado estos días, pasen a estar legalmente caducados. Vamos a ver cuántos meses tardará esta vez, a ponerse el Comisionado al día. Me temo lo peor y no soy el único (nos habéis enviado diferentes quejas y dudas al respecto). Cierto, el segundo canal acarrea muchos problemas. El PVR nunca encuentra el dinero para pagar la tasa, las máquinas envejecen y muchos bares no tienen una rentabilidad mínima que justifique la inversión, la gestión delegada cuesta tiempo y dinero que nadie compensa, la trazabilidad es una carga más… Seguro. Seguro que encontráis algún otro inconveniente que … , pero también es cierto que España es grande y diversa y hay estancos de todo tipo. Grandes y pequeñas ciudades, barrios residenciales, ciudades dormitorio, municipios turísticos, complementarias en pueblecitos y aldeas, zonas comerciales de capitales, … y que como cada uno lo mira desde el lugar donde está, vemos cosas diferentes.
Los estanqueros de los pueblos y ciudades dormitorio que han visto incrementadas sus cajas porque tienen a todos sus vecinos recluidos, tienen la visión inversa a los que están en el centro comercial y de oficinas y han visto caer sus ventas espectacularmente. Simplificando, los que compraban donde trabajaban ahora compran todos en el de su casa y que además por el hecho de tomar el café o comer fuera de casa compraban en cafeterías y bares ahora cerrados.
Es normal que cada uno lo vea como se ve desde su ventana. Nos pasa a todos. Pero consideremos algunas cosas; lo que la gente acepta de buen grado ahora, no lo aceptará de aquí seis meses. El fumador que se queda sin tabaco está acostumbrado a poder comprarlo, aunque sea domingo, o muy tarde, o ambas cosas. No tenemos (no nos permiten) las máquinas como en Italia, en la reja de la tienda. Pero sí, es un debate que deberemos tener un día u otro. Hay mucho segundo canal ruinoso, que no justifica inversiones en máquinas, módems o lectores de tarjetas, que es lo que vendrá. Deberíamos empezar a reflexionar, estaría bien que las asociaciones que nos representan tuvieran alguna propuesta para reordenar el segundo canal. Es un tema peliagudo por lo que ya he dicho, cada uno lo ve según le conviene, pero algún día se tendrá que poner sobre la mesa.