La cosa es que cuando esto de la trazabilidad esté en marcha, tendremos que preparar separadamente lo que vamos a poner en cada maquina y trazar uno a uno cada punto de venta con recargo. No puede ser que aparezca un paquete trazado a la maquina A en la máquina B. Por lo tanto, va a ser imprescindible saber que es lo que hay que reponer antes de salir del estanco. Eso quiere decir que o bien tenemos telemetría o vamos a que tener que dar dos vueltas (una para apuntar y otra para cargar. Visita de precarga). No hay otra. Por eso aprovechamos que algunos podéis plantearos meteros en esto de la telemetría, aprovechando las nuevas exigencias de la trazabilidad para recordaros algunas cosillas que muchos no acabamos de ver porque el día a día se nos come.
Para los que creen que el tiempo (incluso su propio tiempo) es dinero, la telemetría hemos visto que supondrá un ahorro. Pero ese ahorro vendrá a acumularse a otros dos que son un pelín más difíciles de ver.
Primera. La capacidad de controlar lo que está vendiendo cada maquina nos permite poder adecuar lo que dejamos en cada canal y no tener tabaco muerto allí. Ese tabaco inmovilizado también es dinero. Si logramos ajustar el nivel del canal al consumo real en cada momento, le damos la máxima rentabilidad a la máquina. Cuando cargamos a ojo, la acertamos bastante (la experiencia es un grado) pero nada supera ver los datos “on line” y poder saber exactamente las necesidades de cada máquina.
Y segunda. Ya pido perdón por adelantado. Si las máquinas no las cargas tu mismo, y no tienes total control sobre la máquina, sobre lo que se ha vendido, sobre lo que se ha recaudado… puedes llevarte algunas sorpresas cuando en algún momento, a veces demasiado tarde, te enteras que una parte se perdía por el camino. El dinero del cajetín es cash, y también el cambio, y de hecho el tabaco es como si lo fuera. La tentación es grande y las necesidades son muchas. Ya se entiende.
Ok. Me diréis. Si me paso a esto ¿donde me meto? A ver, tienes algunas opciones de estas “subvencionadas”. Pero a estas alturas todos sabemos que gratis no hay nada. Si algo te lo dan gratis, o es que no vale nada o es que te lo van a cobrar por otro lado. Hablando clarito, las telemetrías subvencionadas o patrocinadas por empresas tabaqueras, normalmente se acaban pagando de otro modo. La mayoría de las quejas que recibimos son sobre “vetar ciertas marcas de la competencia” que se vendían bien (demasiado bien), o tienes lio con la marca subvencionadora porque un día se agotó uno de sus canales (aunque sea en fin de semana). Está claro lo que pasa cuando la información también la reciben ellos. Los datos los tenemos compartidos y nos pueden controlar… cuidadín que igual nos estamos comprando un jefe que nos controla el segundo canal a su gusto.
Honestamente, no creo que valga la pena. Los precios ahora son infinitamente más bajos que cuando esto empezó y hay empresas muy profesionales que tienen productos realmente impresionantes en cuanto a uso, visualización y pedidos. Echadle un vistazo a esta página. Veréis como está la cosa ahora si queréis entrar de la mano de gente profesional. Estos de METRIS llevan ya 20 años en esto y gestionan ya más de 10.000 maquinas. Por algo será.
Esto de la trazabilidad cambiará el segundo canal para siempre. Algunos simplemente lo dejarán. Pero para muchos otros que decidan asumir el reto de la profesionalización puede ser una gran oportunidad. El mercado se concentrará en quienes lo sepan gestionar. Hay que reciclarse. Hay que profesionalizarse aún más. Hay que buscarse buenos proveedores de servicios. Para tus maquinas, para tu asesoramiento, para tu telemetría. Sólo hay un camino…, hacia adelante.