Con un 20% de estancos en venta, ¿es ahora el mejor momento para vender el tuyo? Te contamos todo lo que necesitas saber antes de tomar una decisión.
Seguimos respondiendo a la pregunta que nos llegó en pleno mes de agosto a través de INFOESTANCOS en LinkedIn:
“Últimamente me da la impresión de que hay muchos estancos a la venta. Y muchos mediadores rondando. La licencia de mi estanco se acaba en 13 años y me dicen que después saldrá a subasta. ¿No me la renovarán? ¿Sería mejor venderlo ahora? ¿Es mal momento?
Decíamos que efectivamente, con la actual ley, cuando se cumplan los años las licencias se extinguen y se subastan y no está prevista la renovación. Y que efectivamente ese camino de los 15 hacia los 10 es quizás la última ventana de renovación. Podéis leer el anterior artículo pinchando aquí.
Hay muchas ventas de estancos desde hace ya algún tiempo. Se han transmitido sobre un 20% de todas la licencias en los últimos cinco años. Es un ritmo muy alto.
A mi parecer, decía, confluyen varios factores:
A muchas licencias les queda una duración de menos de 15 años. Es un factor psicológico de venta. Piensan que una licencia de menos de 10 ya no la van a vender y que ahora es el momento de salir. Su última oportunidad de sacar algo.
En las zonas de más actividad comercial se ha producido un cambio en el modelo de negocio y al estanquero tradicional le es muy difícil reciclarse. En cambio para el “nuevo estanquero” que no viene con otra mentalidad, es una gran oportunidad de negocio.
Desde que se autorizó la venta de nuevos productos (con declaración responsable) muchos estancos han ido transformándose en algo parecido a una tienda de conveniencia. Para hacer esto hay que saber vender (y comprar) productos de libre mercado (en competencia con todo el mundo), manejar promociones y descuentos, fomentar compras de impulso, definir circulación de tienda y zonas calientes, y en definitiva, jugar esta liga de la compra no planificada, hedonista, que a la mayoría de los estanqueros les suena a chino. Aunque quizás sean los asiáticos quienes se adaptan mejor a este modelo. Un modelo sin segundo canal cuyo objetivo es conseguir margenes más altos. Horarios extensos, apertura en festivos, mucho personal. Un negocio que en nada se parece al estanco tradicional y que utiliza el tabaco (y la lotería) como mero anzuelo.
Esto supone que cuanto más se implementa este modelo, más sufre el tradicional. Si abre un estanco bien montado, surtido, iluminado, bien puesto, que abre todas las horas del mundo, todos los días de la semana, lo notas tu y lo nota tu segundo canal.
A esto se añade una persistente crisis en el modelo tradicional. Muchos con el tabaco y los artículos de fumador no alcanzan. Otros productos tienen, pero no los venden. No demasiado. Esto se compensaba con el segundo canal. Pero el segundo canal lleva años incrementando sus gastos sin aumentar sus ingresos. Trazabilidad, gestión delegada, alquiler de máquinas, gestión de permisos, multas. Hay que cargar las máquinas, vaciar cajetines, gestionar con el banco y que no te roben (si no pagas seguro) y que no te inspeccione la guardia civil y te llamen a las tantas de la madrugada, y que estén las más vendidas en los canales… Un follón. Cada vez más trabajo y responsabilidad, al mismo precio.
Visto de fuera se ve muy claro. La mayoría de los compradores rehuyen el segundo canal. Cuanto menos dependencia del segundo canal, más facilidad de venta.
Estos tres factores han forzado a muchos a replantearse las cosas. El problema es que la venta de un negocio también es una operación complicada. Se mueven cientos de miles de euros. Y cuando se mueves tantos la gente normal se pierde porque en primer lugar no sabe realmente qué vale lo que tiene. Pregunta. Le dicen unos, le dicen otros. Que el de al lado se vendió por tanto, que conoce a uno.. Normalmente se va a creer con el que le diga la cifra más alta. No tiene sentido porque hablar es gratis pero el cerebro humano funciona así.
X. Tamareu
Abogado 19118