Hoy hablamos de las políticas que lo han convertido en el mercado ilícito más grande de Europa y las valiosas lecciones que podemos aprender
El comercio ilícito de tabaco es más que un problema económico. Además de los 11.000 millones de euros de pérdidas acumuladas en la Unión Europea (según los datos extraídos del informe KPMG), es una amenaza que se extiende por las calles, erosionando los recursos de cada país, socavando la seguridad y financiando mafias. Pero, ¿cómo se puede hacer frente a esta crisis? La respuesta radica en unos impuestos equilibrados junto con la eficiencia de los sistemas de trazabilidad.
La urgencia de una trazabilidad eficiente: Lecciones desde Panamá
Recientemente se debatió también sobre este tema durante la Tercera sesión de la Reunión de las Partes (MOP3) del Protocolo para la Eliminación del Comercio Ilícito de Productos de Tabaco, celebrada en Panamá, de la que ya os hablamos aquí. En este caso se subrayaron las insuficiencias en el sistema europeo de seguimiento de productos de tabaco. Esta preocupación insiste en la necesidad de tener sistemas de trazabilidad que cumplan con los estándares internacionales.
El vínculo entre precios y comercio ilícito
Si bien los esfuerzos pretenden centrarse en mejorar la trazabilidad, los datos muestran un vínculo alarmante entre el aumento del precio de las cajetillas y el crecimiento del mercado negro.
En el caso de Francia, los elevados impuestos que han disparado el precio de la cajetilla de 20 cigarrillos a los 11’5 euros le han convertido en el mercado negro más grande de Europa. Concretamente, casi dos tercios de los cigarrillos ilícitos que se fumaron en la Unión Europea se consumieron en Francia, un alarmante 61’5%.
Lejos quedan los precios del resto de países: en Bélgica la cajetilla de 20 cigarrillos se paga a 7’5 €, en Alemania la tienen a 7 €, en Italia la venden a 5’5 €, aquí en España de media está en 5 € igual que en Luxemburgo y todavía más barata, en Andorra que cierra la lista con 4 € por paquete.
Estas cifras reveladoras plantean serias dudas sobre la eficacia de las políticas que simplemente aumentan los impuestos sobre el tabaco, ya que las consecuencias son devastadoras.
Los delincuentes lo saben y producen cigarrillos falsificados para venderlos en los mercados de mayor precio de Europa, como Francia, con el objetivo de maximizar sus márgenes de beneficio. Lo que también se refleja en las incautaciones francesas que se han triplicado en los últimos 3 años.
Consecuencias del comercio ilícito
El comercio ilegal de tabaco no solo priva a los gobiernos de ingresos cruciales, sino que también pone en peligro la salud pública. Además, alimenta a bandas criminales sin escrúpulos, perpetuando un ciclo de delincuencia.
Conclusión
Ahora que se está debatiendo sobre la nueva ley del tabaco, sería imprescindible fijarse en qué políticas están funcionando en otros países y cuáles no, para no tropezar dos veces con la misma piedra.