El oro verde

Desde que en Septiembre de 2017 publicamos una de nuestras primeras encuestas preguntando sobre «si los estanqueros estarían dispuestos a vender marihuana» y más del 60% respondió afirmativamente, este tema ha dado un vuelco espectacular. El 2018 ha sido el año del gran cambio. La legalización en Canadá y en un estado superpotente como el de California, ha despertado al mercado. El dinero, los intereses, los lobbies.. todo se ha empezado a mover a gran velocidad. Los inversionistas han visto como pequeñas compañias canadienses pasaban a cotizar en bolsa. Las grandes se han lanzado a invertir en el nuevo filón. La fabricante de Marlboro ha pagado 1.800 millones por el 45% de la canadiense Cronos, una de las empresas punteras del sector marihuanero. Nuevas inversiones en investigación y desarrollo han llevado a la aparición de la marihuana sin efecto psicotropico, el CBD. Esta marihuana sin THC  ya se está comercializando en algunos ESTANCOS en forma de aceites o de líquidos vapeables. Los cigarrillos con CBD se venden en los supermercados Suizos, y el producto parece listo para la comercialización masiva. Todo va a multiplicarse exponencialmente en cuanto llegue al mercado masivo de comestibles y bebidas. Surgirán bebidas parecidas al alcohol, en el sentido de que alterarán el estado de ánimo y otras sin THC, Coca-Cola ya está probando un nuevo sabor, o similares a las isotónicas para deportistas. En este sentido la canadiense Canopy ya ha recibido una inyección de 4.000 millones de dólares del fabricante de la cerveza Corona para desarrollar esa línea de negocio cannabica.

Los números ya reflejan las expectativas estratosféricas que ha generado la nueva industria. Es lógico. Todo encaja. Te quedas un negocio ya montado, con unos consumidores que ya existen, bastante pillados, por decir verdad, con un producto que como el tabaco tiene un valor de fabricación tirando a cero y le dices a la administración ¿lo repartimos como el tabaco?, 5% para fabricantes, distribuidores y minoristas y 95 % impuestos, y todos contentos. Todos los Estados van echando cuentas. Llega un nuevo maná . Esa es la sensación. Hay mucho interés en desarrollar y formar parte del nuevo mercado porque la demanda es muy alta, tanto en Canadá como en otras partes del mundo. La nueva industria nace en América, pero claro, ya busca abrir mercado en Europa, donde hemos empezado con esto de la marihuana medicinal. La medicinal irá a las farmacias, pero a la medicinal seguirá la recreativa y sería una pena que esa no se quedara en los estancos. La marihuana puede ser el nuevo monopolio, sería lógico que lo fuera. La red de concesionarios, más ahora que tendremos trazabilidad 100%, garantizaría qué marihuana es legal, de donde sale y si ha pagado impuestos. Un lujo. Vamos a por ella.

Es lógico que nos eche para atrás esto de embarcarnos en el que ha sido durante el último siglo un negocio ilícito, pero hay que meterse de lleno porque si no se meterán otros y es una industria con un potencial tremendo. En América los prejuicios iniciales están pasando rápidamente a mejor vida.