Fumar al aire libre en Milán ya no es una opción: multas de hasta 240€. Te explicamos todo sobre esta estricta normativa que sigue los pasos de Turín
Adiós al cigarro al aire libre
Los fumadores milaneses y los más de 8 millones de turistas que recibe la segunda ciudad más grande de Italia, a partir de ahora se lo tendrán que pensar dos veces antes de encender un cigarro en público. A partir de este mismo mes de enero, la urbe italiana ha puesto en marcha la prohibición más estricta contra el tabaquismo al aire libre en Europa. No se trata solo de parques o zonas de juego infantiles: ahora está vetado fumar incluso en las calles más transitadas si no puedes mantener al menos 10 metros de distancia con otras personas.
¿Por qué esta medida?
Esta no es una decisión improvisada. Forma parte del Piano Aria e Clima (PAC), un plan que Milán puso en marcha en 2020 para reducir sus alarmantes niveles de contaminación. Y con los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026 en el horizonte, Milán quiere presentarse como una ciudad modelo en sostenibilidad.
Multas y excepciones
Fumar en público puede salir caro. Las multas oscilan entre 40 y 240 euros. Pero, tranquilo, si encuentras un rincón aislado y estás a más de 10 metros de otras personas, podrás echarte un cigarro sin problema.
Esta nueva regla afecta únicamente al tabaco tradicional, dejando fuera a los cigarrillos electrónicos. Los usuarios de vapers, de momento, pueden respirar aliviados.
Milán no es la primera
Milán no está sola en esta cruzada. Turín ya aplicó una medida similar, aunque más estricta: prohíbe fumar a menos de 5 metros de otra persona. Eso sí, las multas allí son más suaves, con un máximo de 100 euros, pero también incluyen a los cigarrillos electrónicos.
Aire limpio antes que libertad
Milán se ha convertido en territorio hostil para los fumadores. Pasear y fumar por sus calles es casi misión imposible. Y teniendo en cuenta que los riesgos como fumador pasivo se asocian a espacios cerrados, no a espacios abiertos al aire libre, parece más un ataque directo a las libertades individuales que una protección real.