Los estancos, los nuevos quioscos.

En los últimos años hemos asistido a la desaparición de la mayoría de los quioscos. Los ayuntamientos han empezado a retirarlos físicamente y a recuperar las aceras. El negocio del quiosco parece en vías de desaparición. Excepto en algunos casos en que el quiosco se puede sostener con la venta de otros productos, la bajada en las ventas de prensa hace el negocio tal como lo conocíamos inviable.

Pero el mundo se adapta y se reinventa. Si el quiosco ya no puede ser una actividad principal, puede en cambio ser una gran actividad secundaria. Muchos son los estancos que han incorporado en los últimos años los periódicos y las revistas en su oferta de productos. Para un estanco, un margen del 15 al 20 % no está nada mal. El problema es que hasta hace poco esta actividad complementaria generaba demasiados problemas. El sistema de compra y devolución suponía tener que adquirir muchos productos sin venta y el farragoso trabajo de repasar las devoluciones.

Últimamente se están extendiendo sistemas de franquicia que gestionan las devoluciones, reducen el catálogo y limitan las fianzas. La empresa adiari en el área metropolitana de Barcelona y otras parecidas en el gran Madrid han empezado a extender este sistema entre estancos y otras actividades principales que lo que buscan es un complemento que no les de muchos quebraderos de cabeza.