Estaremos de acuerdo en que esta década del siglo XXI conllevará infinitamente más relaciones, interacciones e intercambios de ideas y culturales que una de principios del Siglo XX. Y este aspecto, el más importante ya que al fin y al cabo el ser humano a evolucionado frente a otras especies gracias a su capacidad de comunicación, conllevará nuevas modas y cambios de hábitos.
El tabaco está maldito por la sociedad, por los estados y estamentos, … está condenado queramos o no a su reducción de consumo inevitable. En este punto algunos estarán pensando, esto se hunde. Yo os diría, esto cambia. Y a los cambios, como en toda la vida desde que nacemos hay que adaptarse. Es así de fácil y de difícil a la vez.
En mi humilde opinión, las nuevas maneras de consumo de nicotina con los productos denominados de riesgo reducido, el CBD, incluso porque no de aquí a 10 años, el cannabis en alguna forma legal, serán el nuevo tabaco de la siguiente década. Todos estos productos deben estar regulados y como siempre decimos, que mejor control que la venta a través de las expendedurías del estado. Y digo mejor por no decir único.
El camino ha empezado a tejerse por todos lados, las administraciones, van a prohibir más, a regular más, a subir los precios, … mientras que en el otro extremo el sector apuesta fuertemente por este cambio, que todos ven como una oportunidad, de introducir nuevos productos más saludables que les permitan crear sus océanos azules para mantener el liderazgo que durante tantos años han tenido en la ya tocada de muerte industria del tabaco. Algún día estos dos extremos se tocarán y todo encajará.
Este cambio no es porque sí, viene determinado por la salud de todos y por lo tanto es un razonamiento de peso. Apoyado por numerosos estudios que van apareciendo cada semana en alguna parte del mundo demostrando sus ventajas frente al tabaco de combustión.
BAT, uno de los líderes de este sector tiene una apuesta muy fuerte en este sentido a nivel mundial y se propone alcanzar los 50 millones de consumidores de productos de riesgo reducido en todo el mundo de aquí a 2030. Además de su contribución al medioambiente en cuanto a la neutralidad de sus emisiones de carbono para el 2050, el uso del 100% de electricidad renovable ya en 2030, la reducción del uso de agua o la generación cero residuos en sus fábricas en 2025.
Todos estos esfuerzos están enmarcados en su estrategia que muy bien define su leitmotiv “a better tomorrow”.
Aquí os dejamos su informe de objetivos en el que podemos ver que el futuro está servido.
Una última reflexión. Si substituimos un producto de margen más bien ridículo por uno con márgenes más de acuerdo con las prácticas minoristas y que además reduce los riesgos asociados al tabaco, aquí ganamos todos.