Una de las graves consecuencias de la pandemia sanitaria del COVID 19 durante esta primera mitad del 2020, es una crisis económica de gran calado que según apuntan todos los expertos en la materia, se nos viene encima. Una crisis peor que la que ya vivimos en 2008. Ya lo estamos viviendo, el PIB se contrae, muchos establecimientos y negocios no volverán a abrir sus puertas, la tasa de paro se incrementa… y muchas familias no tendrán ningún ingreso, salvo la renta mínima aprobada recientemente por el gobierno, que al ser tan mínima no dará ni para tabaco. No hay más que mirar a nuestro alrededor y ver las dificultades de todo el tejido comercial de nuestros pueblos y ciudades para arrancar y volver al estado anterior a la pandemia. La llamada “nueva normalidad” dejará a muchos en la cuneta.
Una vez autorizada por parte del Comisionado la venta de los “otros productos”, muchos estancos aprovechando su ubicación, implementando un amplio horario y con ello un gran número diario de ventas de mostrador, para convertirse, evolucionar, hacia un modelo de tienda de conveniencia. La presencia de neveras con bebidas frescas, vitrinas con vinos y otras bebidas alcohólicas, cachimbas, objetos de regalo y artículos de compra impulsiva ayudan a aumentar la caja de cada día con productos con un mejor margen, con lo que se aumentan los márgenes medios, generando además sinergias comerciales positivas y atrayendo clientes nuevos, no fumadores, que antes no tenían ninguna razón para entrar en nuestra tienda.
La dificultad de este modelo radica a menudo en la disposición de estos productos no tabaco. Si los disponemos en vitrinas cerradas con llave, será mucho más difícil su venta. Las ventas se reducen en más de un 90%. La gente está acostumbrada a tener los productos a mano. Es así como funciona el mercado libre y no va a cambiar por nosotros. Si nos hemos de parecer a una tienda de conveniencia, el cliente debería tener acceso directo al producto, en una exposición abierta, con precios muy visibles, claramente indicados, y ofertas, para poder comparar, valorar y seleccionar el producto. Si debemos de salir nosotros del mostrador a atender cada una de las ventas que hagamos de estos productos ni nos va a salir a cuenta ni el cliente se sentirá cómodo. La cosa está clara, si jugamos a este juego, tiene que ser sin vitrinas. Pero claro, el hurto es uno de los grandes problemas que nos enfrentamos si dejamos el producto al alcance del cliente. ¿Cómo lo hace el mercado? ¿Cómo lo hace la gente que ya hacía este negocio antes de que nos dejaran hacerlo a nosotros? La respuesta es clara: Los arcos de seguridad.
Los arcos de seguridad son una solución efectiva y una protección electrónica para todos aquellos objetos de cierto valor que dispongamos de forma libre en vitrinas y expositores. Ya se que nos parece “ciencia-ficción”, que parece imposible… pero no lo es. No es ni tan difícil ni tan costoso como la mayoría pensamos.
Existen numerosas ofertas económicas dirigidas a pequeños comercios para la instalación de arcos de seguridad que incluyen 2 arcos de seguridad, 2.000 etiquetas y todos los equipos necesarios para su funcionamiento e instalación por menos de 2.000 €. El precio por etiqueta es normalmente de unos 0,03 €. Esta etiqueta electrónica se adhiere al producto y si no se desactiva a su paso por caja, el avispado oportunista se encontrará con una sorpresa cuando cruce nuestra puerta.
No es para todo el mundo claro, pero ya tenemos este modelo de tienda en muchas ciudades y consideramos que, si vamos a hacerlo, hay que hacerlo bien. Os adjuntamos el enlace de uno de nuestros patrocinadores por si deseáis más información al respecto. LINK. También es muy útil para todos aquellos estancos que disponen de venta CASH&CARRY para la venta de cartones.
[ads1]Con una economía en recesión, si nuestra idea es convertirnos en un estanco de conveniencia deberemos de tomar medidas de autoprotección contra el hurto. No venderemos lo mismo si alejamos el producto del comprador y si lo dejamos al alcance del cliente sin ninguna protección, seremos víctimas de desapariciones de mercancía y faltas en el inventario. Los arcos de seguridad se muestran como un aliado y una solución económica al alcance de todos los bolsillos. No nos queda otra.