¿Deberían gozar los productos de vapeo de una fiscalidad propia? Su equiparación impositiva a las labores de tabaco podría retroceder la evolución de un mercado floreciente y, a su vez, incentivar la recuperación del mercado de cigarrillos convencionales. Un arma de doble filo que divide la opinión del sector. Mónica Andrade, Marketing & Trade Marketing Director de RELX International, analiza el impacto de aumentar la fiscalidad en los nuevos dispositivos de vapeo.
En el año 2010, España se convirtió en uno de los países pioneros en actualizar la regulación del consumo de tabaco a través de la Ley Antitabaco aprobada en 2006. Sin embargo, pasados doce años, nuestro país se ha quedado atrás con respecto a esta regulación, eclipsado por la actualidad del sector.
Tras doce años, la Ley no se ha vuelto a reformular y fue en este pasado mes de mayo de 2022 cuando el Ejecutivo decidió replantear el texto de Anteproyecto de Ley del Mercado de Tabacos y otros Productos Relacionados. Un texto, que incluía como novedad, la inclusión de los cigarrillos electrónicos y los vapers.
Ante esta situación, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha puntualizado sobre el punto de extender el monopolio de los estancos a la venta de cigarrillos electrónicos y vapeadores.
En este sentido, la CNMC destaca que hay herramientas más efectivas de tipo fiscal para desincentivar el consumo de tabaco sin echar el pulso a los cigarrillos electrónicos y vapeadores. Además, ha recomendado que estos productos tengan una regulación propia y ajustada a sus características y no se equiparen.
Asimismo, las principales investigaciones internacionales y las autoridades de salud pública, incluida la Oficina para la Mejora de la Salud y la Prevención de Reino Unido, han reconocido que la tecnología de los cigarrillos electrónicos es una mejor alternativa a los productos del tabaco y es útil para los fumadores adultos que desean reducir o dejar de fumar cigarrillos de tabaco.
Un informe publicado este año por la Universidad de Yale, reveló que el aumento de los impuestos sobre los cigarrillos electrónicos se asociaría a una disminución del uso de estos productos y a un aumento del consumo de cigarrillos de tabaco entre los jóvenes de 18 a 25 años.
La alerta provocada por las altas cifras de tabaquismo
Por otro lado, según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud, el tabaco mata hasta 8 millones de personas al año, siendo más de 7 millones de muertes consecuencia del consumo directo de tabaco. En nuestro país, el tabaquismo es la primera causa de muerte prematura prevenible que ocasiona más de 50.000 muertes al año, lo que equivaldría a un 13% de los decesos anuales.
Estos datos, llevan a reubicar la fiscalidad del tabaco y a dar un enfoque más comedido de los cigarrillos electrónicos.
El compromiso de la industria de los cigarrillos electrónicos cuenta con diversos procedimientos para asegurar la calidad de sus productos. Comprometiéndose no sólo a garantizar la calidad de estos, si no a asegurar la seguridad y salud de sus usuarios optimizando cada proceso y norma en la elaboración de estos dispositivos.
Finalmente, es necesario un enfoque sostenible de colaboración entre el sector público y el privado, que permita una asociación mutuamente beneficiosa entre los reguladores y las empresas privadas. Esta colaboración llevaría a evitar el comercio ilícito de cigarrillos electrónicos provocado por su alto precio y a la vez a la protección para los consumidores adultos de los efectos perjudiciales e ilegales de baja calidad.
Mónica Andrade, Marketing & Trade Marketing Director de RELX International.