En esta saga de artículos desgranamos, semana a semana, cómo afectará al negocio estanquero cada uno de los aspectos que pretende modificar la nueva Ley del Tabaco, si prospera. Es hora de hablar del canon y su nuevo sistema de cálculo.
La inflación está disparada. Las sanciones habituales suben y pasan de 12.000 a 15.000 euros; aumentan las exigencias y las posibles infracciones; y, por supuesto, también lo hace el canon. Lógicamente, si se reduce, se recauda menos, y si se encarece, se recauda más.
La memoria que acompaña y justifica el anteproyecto no deja dudas: con el nuevo sistema de cálculo del canon se recaudará 1 millón de euros más. La idea —su idea— es pasar de 11 MEUR a 12 MEUR recaudados cada año…
Además de más caro, nos dicen que este canon será más justo, y parecería que sí, ya que se elimina del cálculo una variable, la de población, que no está ligada a las ganancias. Desaparecen, así mismo, los tramos «injustos» cuando tienes la mala suerte de caer en el siguiente por muy poco. En definitiva, la cosa será más sencilla. El canon será el 1,8 % del premio.
Si se vende por valor de 1 MEUR en productos monopolizados —labores de tabaco y, ahora también, cigarrillos electrónicos y otros productos incluidos en el monopolio— al 8,5 %, la ganancia es de 85.000 euros brutos. Con el canon al 1,8 % del premio, 1.530 euros vuelven para Hacienda.
De hecho, podría reducirse el premio al 8,34 %, y sería exactamente lo mismo, pero sonaría mucho peor. Hacienda no solo no sube el premio, sino que lo baja casi dos décimas. Feo. Muy feo.
El primer canon que se pagará calculado con este sistema será en 2026. ¿Preparados?