En esta saga de artículos desgranamos, semana a semana, cómo afectará al negocio estanquero cada uno de los aspectos que pretende modificar la nueva Ley del Tabaco, si prospera. Hoy analizamos las medidas que hay sobre la mesa en relación con los diferentes formatos y sus precios.
¿Menos formatos? ¡Para los estanqueros sería una gran noticia! Pero no es tan fácil. Ante todo, hay que entender que el Gobierno no puede, simplemente, prohibir que haya múltiples formatos. Tarde o temprano el asunto llegaría al Tribunal Constitucional con apelaciones a la libertad de mercado y de la competencia.
Por eso, lo que pretende el Gobierno es desincentivar la creación y comercialización de un mismo producto con formatos distintos. ¿Y cómo lo hace? Fácil. El precio siempre será equivalente: si comprar un paquete de 20 unidades de un producto cuesta 4 euros, comprar uno de 40 unidades deberá costar 8 euros. Si la bolsa de 20 gramos vale 4 euros, el precio de la bolsa de 40 gramos será de 8 euros.
Esa es la idea del artículo 9 del Anteproyecto de Ley del mercado de tabacos y otros productos relacionados. El precio de venta al público de cada unidad o gramo contenidos en los envases de un mismo tipo, marca y modalidad de producto de tabaco no podrá variar en función del número de unidades o gramos que contengan los distintos tamaños o tipos de envase.
Parece claro: comprar un paquete de más de 20 unidades o gramos no puede estar incentivado en el precio, al comprador debe costarle proporcionalmente igual. La conclusión buscada es que las marcas acaben con la proliferación de formatos de un mismo producto, ya que no podrán «jugar» con el precio para recortar centésimas de cuota de mercado.
Lo malo sería que, en lugar de múltiples formatos, nos encontráramos que tenemos múltiples «nombres» —o mejor dicho, «apellidos»: ‘red’, ‘extra’, ‘super’, ‘blue’, ‘big’… Que las marcas tienen buenos abogados y buenos publicistas, vaya; nosotros no lo daríamos por cerrado. Toda ley tiene sus grietas.