Hacienda sale del confinamiento. Se reactivan las inspecciones en trámite y se cargan las nuevas. Parece mentira, pero seguimos teniendo inspecciones de esas en las que HACIENDA lo que hace es REVISAR EL VALOR DE TRANSMISIÓN DE UN ESTANCO. Parece mentira porque a estas alturas, uno pensaría que ya todo el mundo está sobre aviso
Hasta el 2016 Hacienda no estaba demasiado al caso de las trasmisiones de Estancos. Muchos hicieron sus cambios primero en Tabacalera y luego en Logista sin que Hacienda les pidiera explicaciones sobre la operación.
Pero en 2016, de algún modo descubrieron que los cambios de nombre suponían un movimiento patrimonial importante. Las primeras inspecciones que cayeron entonces fueron las referidas a compraventas de estancos realizadas en el año 2012. Se fueron para atrás los cuatro años y medio de IRPF.
Desde entonces no hemos parado. Y no es una cuestión de suerte. Siempre toca. Una vez levantada la liebre, Hacienda Agencia Tributaria tiene acceso a todas las transmisiones que hace Hacienda Comisionado.
Lo que investiga la Agencia Tributaria son básicamente los precios declarados en la Renta que debe hacerse en el ejercicio en que se produjo la transmisión. Estos precios ya los conoce porque el Comisionado obliga a pasar las operaciones por Transmisiones Patrimoniales.
Para calcular, estimar un precio fiscal mínimo, Hacienda toma como base las compras a Logista del ejercicio anterior cerrado y aplica un porcentaje en función de los años que le queden a la concesión. El precio declarado no puede quedar por debajo.
Al final vamos a pagar por la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta. Pero a veces no hay precio de compra. Porque se ha amortizado totalmente o porque es una primera venta. Las primeras compraventas no tenían precio de compra ya que eran estancos obtenidos por concurso.
Por otro lado, a raíz de dichas inspecciones también se ha detectado que muchos de los compradores de estancos no amortizan el precio de compra correctamente o incluso simplemente no lo amortizan. Esto les genera graves perjuicios ya que la amortización de activos ligados a una actividad económica se supondrá siempre realizada.
Nuestro consejo sería en todo caso, que cuando se haga una operación de este calado, probablemente la más grande que hemos hecho jamás, nos asesoremos correctamente en despachos especializados, tanto para formalizar la operación como para declararla.