El tabaco de combustión ya no tira ¿Sabías que hoy se venden la mitad de cigarrillos que en 2009? Es hora de mirar más allá del humo…
Las cifras son claras y contundentes. Aunque cueste aceptarlo, el tabaco de combustión ya no es el motor que fue para los estancos.
El mercado está estancado, y la tendencia no parece que vaya a revertirse.
Se venden la mitad de paquetes que hace 15 años
En 2009, en España se vendían más de 4.000 millones de paquetes de cigarrillos. Era otra época, con un consumidor muy distinto al de hoy.
Hoy, esa cifra se ha desplomado casi a la mitad. El volumen de venta ha caído exactamente un 47,31% respecto al año 2009.
Es decir, más de 1 de cada 2 paquetes ya no se venden.
Un dato así obliga a reflexionar: el producto que sustentó durante décadas el estanco, ya no tiene el mismo peso en la balanza.
Las ventas en euros apenas suben
Podrías pensar: “Bueno, aunque se venda menos, al menos ganamos lo mismo”. Error.
Es cierto que los ingresos se han mantenido estables. Pero eso no es buena señal.
Las ventas totales en euros han crecido solo un 4,75% en 15 años.
Un aumento mínimo, casi insignificante, si tenemos en cuenta la inflación y el encarecimiento del producto.
No ganamos más. Solo vendemos más caro para compensar lo que ya no se vende.
Este crecimiento plano confirma una verdad incómoda: el cigarrillo tradicional ya no es una categoría en expansión, ni en volumen ni en valor.

Girona resiste, pero es una excepción muy puntual
Solo una provincia rompe esta tendencia: Girona, con un +54% de crecimiento en ventas en euros desde 2009.
¿El motivo? No es que allí se fume más, sino que los franceses cruzan la frontera para comprar más barato.
El precio del paquete en Francia ha subido de 3,20 € en 2000 a 12 € en la actualidad.
Mientras, en España sigue rondando los 5 €.
Este diferencial ha convertido Girona en un destino habitual de compradores galos.
Pero no nos engañemos: es un fenómeno puntual y no extrapolable al resto del país.
El futuro no se enciende: se calienta
El tabaco de combustión ha perdido fuerza. Eso no significa que haya que abandonarlo, pero sí que ya no puede ser la única base del negocio.
La clave está en evolucionar con el consumidor. Explorar nuevas categorías: productos sin combustión, dispositivos de calentamiento, cigarrillos electrónicos…
Estas alternativas todavía tienen recorrido y atraen a perfiles más sensibles a la reducción de riesgos.
Adaptarse no es una opción. Es una necesidad.
¿Y tú? ¿Dónde pones el foco?
Es el momento de cuestionarse si tu estanco está preparado para lo que viene.
¿Estás apostando por las nuevas tendencias? ¿O sigues esperando que vuelva un mercado que ya no existe?
El estanco del futuro no vive solo del cigarro de toda la vida.
Necesita adaptarse. Innovar.
Y sobre todo, diversificar la oferta.
Porque si algo nos enseñan los últimos 15 años es esto: el humo se disipa… pero las oportunidades siguen ahí para quien sepa verlas.
Si seguimos esperando que vuelva el humo de antes… nos podemos quedar en cenizas.