El CBD arrasa en Francia, pero NO en los estancos.
Según publica PUBLICO en su artículo Éxito fulgurante del cannabis light en Francia, las pocas tiendas especializadas en venta de CBD o lo que ellos denominan Cannabis light, están haciendo su agosto esta primavera. Largas colas en las tiendas, roturas de stock… parece que todo el mundo quiere probar el producto de moda. Pero como nos pasa también a nosotros aquí, la falta de una regulación clara, como la hay en otros lugares de Europa, nos condiciona a la hora de lanzarnos al negocio y al final, HORROR, se lo quedan otros. Las tiendas especializadas, venden sus infusiones, cremitas y liquidos en base a que este cannabis debe ser considerado «legal». Legal porque al no sobrepasar un 0,2% de tetrahidrocannabinol (THC), el componente del cannabis con efectos psicoactivos no puede ser considerado legalmente marihuana.
La moda arrasa en Francia. En pocos meses han abierto centenares de nuevos comercios. Pero parece que sólo 100 o 200 estanqueros se han apuntado al carro. Eso es nada. Esto empieza a recordarme cuando salió el cigarrillo electrónico que primero salieron centenares de tiendas especializadas. La suerte es que ese negocio no funcionó en la primera fase, porque si no, ¿quién nos hubiera desmontado la competencia? Y todo por culpa de que el Comisionado estuvo meses dándole vueltas al tema sin dejarnos vender el producto (en aquel entonces aún no existia el sistema de declaración responsable)
Me asusta pensar que este nuevo producto (que nos encaja de maravilla) se lo queden otros. Calculando que el precio de un gramo varía entre 10 y 16 euros y los margenes son generosos, nos sacaría de penas.
La mayoría de las tiendas francesas se abastecen en Suiza, donde el CBD fue legalizado en 2011 pero el gobierno frances aún no lo acaba de ver. Considera por un lado, que «cualquier producto que contenga CBD obtenido de la planta de cannabis está prohibido, exceptuando algunos casos» y que estas excepciones serían sólo «los medicamentos autorizados» por la agencia nacional francesa de seguridad de los medicamentos» pero a la vez, reconoce la necesidad de regular y poner un poco de orden. De momento parece que el gobierno ya ha cerrado cuatro tiendas parisinas. La polémica ha comenzado en el país vecino. Y yo me pregunto: Teniendo en cuenta que la legislación francesa siempre fue mucho más restrictiva, ¿a que espera España para regular el CBD y tener un nuevo producto “de frontera”?