Ayer tuvimos una de cal y otra de arena. Excepcionalmente, son días excepcionales, publicamos por la mañana, las mamparas que regala Philip Morris, y por la tarde, la “respuesta” del Comisionado a nuestras demandas.
No esperábamos ningún milagro, ya sabemos cómo va, pero esa falta total de empatía, nos dejo sin palabras. Literalmente. Así que hemos decidido publicar las vuestras. No podemos publicarlas todas, porque son muchas, pero os las agradecemos de todo corazón. La mayoría van en el mismo sentido. Decepción por la falta de reconocimiento, sensación de abandono por parte del Organismo, problemas para el pago de la saca, falta de equipamiento sanitario básico… escogemos un par de ellas que nos parecen significativas. Leed con atención, creo que todos nos podemos ver reflejados en estos compañeros. De las entrañas al papel. No hemos tocado una coma..
Miguel
Primero de todo, me presento: mi nombre es Miguel, y soy el hijo de un titular de una de las expendedurías que, muy amablemente desde hace casi 50 años tanto él como sus padres han actuado bajo la dirección tanto de Tabacalera como del Comisionado en los últimos años. Siempre a punto con los pagos, las solicitudes de vacaciones por los canales que nos indican, la renovación de los permisos, los horarios, los precios y un largo etcétera.
Me permito el lujo de hablar desde una perspectiva mayoritariamente objetiva ya que yo nunca he formado parte de todo esto. Con la situación de crisis sanitaria global, he tenido que hacerme cargo yo del negocio puesto que el titular tiene factor de riesgo y no puede desempeñar la función que ustedes le obligan a hacer.
Pues bien, desde que se decretó el estado de alarma hace ya más de una semana, los estancos nos hallamos a la deriva, teniendo que buscarnos la vida para poder cumplir con los mínimos de higiene para evitar ser contagiados, pero más importante aún, para no ser nosotros quienes contagiemos a los cientos de clientes que nos visitan cada día. Por si fuera poco, estáis tratando de normalizar una situación que si carece de algo es de normal. Si sois el órgano que nos ampara a todos, tenéis que ejercer vuestros derechos pero también vuestras obligaciones. Y NO LO ESTÁIS HACIENDO.
No hay ningún tipo de movimiento, de actuación, nos sentimos ninguneados y vemos que vosotros sólo miráis hacia otro lado. Por mucho que tengáis el monopolio eso no os exime de vuestras responsabilidades con vuestros distribuidores que, al fin, y al cabo, somos nosotros.
No soy experto pero no hace falta ser muy listo para ver que esta situación no es viable, y vosotros, en vez de tomar riendas en el asunto, e intentar instaurar unos horarios que se adecuen al momento actual, incluso pudiendo delegar a la Unión de Estanqueros provincial las medidas de actuación y mirar si serían viables opciones cómo abrir sólo por la mañana, en días alternos según la cercanía en los municipios grandes, lo único que se os ocurre es mandar un comunicado indicando que vuestros trabajadores van a trabajar desde casa. Y os quedáis tan anchos.
Lo que deberíais hacer es, por lo menos, asegurar las medidas de higiene de cada uno de vuestros distribuidores. Porqué si lo pensamos, los estanqueros son como los camioneros que distribuyen los productos al cliente final. Porqué al final los estanqueros venden vuestros productos. Porqué los estanqueros son parte de vosotros.
Me parece vergonzoso tener que estar escribiendo todo esto, pero alguien tiene que decir lo que por dentro estamos pensando todos los que día a día nos estamos tirando a la arena en taparrabos. Espero que toméis consciencia. Un saludo,
Lorenzo
Ya era ahora que después de 10 días de confinamiento ciudadano, alguien se acordara de que los estancos abrimos todos los días y necesitamos protección para no infectarnos por el coronavirus. Gracias a los que han pensado que en vez de promociones necesitábamos mamparas, mascarillas y guantes. Pero dicho esto, lo que me parece realmente triste es que los necesitamos porque nadie nos envió nada, nos dijo nada, nos ayudó en nada. Ni Comisionado, ni Ministerio de Hacienda ni Ministerio de Sanidad.. Ni una palabra ni gesto. Sabemos que no somos médicos, ni enfermeros, ni policías…pero somos una concesión del estado y es el estado, a través del ministerio de sanidad el que debería pensar, en el momento en que nos mantienen abiertos, que nos deberían dar los medios para protegernos de contaminarnos. Si somos un servicio imprescindible, si estamos abiertos, será por algo ¿no?
¿Y dónde está el Comisionado? En su casa, todos confinados. Se reúnen – imagino que por videoconferencia- y deciden que todo sigue igual. ¿Tiene el Comisionado algún interés en cómo estamos nosotros, que nos preocupa, si necesitamos guantes, mascarillas, mamparas o si estamos entubados en la UCI? Bien pareceria que no. Ninguno. Pues señores del Comisionado, seguimos aquí, abiertos, vendiendo tabaco, recaudando sus impuestos, arriesgando nuestras vidas y las de nuestras familias.. se lo digo por si se habían olvidado ya de nosotros.
A mí lo que me están demostrando es que más allá de sanciones y multas ustedes no están para nada más. Son unos funcionarios, pero además de los malos, porque están más preocupados en no meter la pata y les cueste el puesto que en defender la salud, la vida, del colectivo de estanqueros. ¿Primero el reglamento y después la vida?
Aquí sigue en el estanco en primera línea de fuego, asumiendo riesgos personales y familiares. Entiendo que sigan ustedes con su confinamiento sin salir de casa protegiendo a sus hijos e hijas, esposas y maridos, padres y madres… pero lo que es incompresible es que nos envíen a la trinchera de nuestros estancos sin preocuparse ni lo más mínimo de nuestras necesidades y que tengamos que depender de empresas privadas que de forma “altruista” y quizás también obligados por la presión de su red comercial, se hagan cargo de nuestra seguridad sanitaria. No tienen ninguna obligación de hacerlo, ustedes como representantes del estado, sí.
De esta guerra saldremos todos con heridas que costarán curar. No va a ser tan fácil olvidar. Y el colectivo sabrá valorar quien ha estado a nuestro lado y quién ha mirado hacia otro lado. No quiero acabar estas líneas sin agradecer de todo corazón a todos aquellos que nos ayudan y nos envían material de autoprotección, mascarillas, guantes y mamparas,….aunque sea por caridad.