Hola soy un estanquero. Alguien me ha asignado el papel de malo en esta película. Soy el vendedor del veneno. El enemigo de la sanidad pública, y además, soy el que recauda sus impuestos, el que aguanta la incompetencia, el que se come la mala prensa y las bajadas de ingresos que supone cada nueva ley. Y siempre sin rechistar. ¿Formará esto parte del pacto? Podrían ponerlo en la carta cuando te aprueban el cambio de nombre “Mira Pedro, tienes el monopolio, así que vas a comerte todos los marrones sin rechistar”. Y yo, no se vosotros, aún estaría de acuerdo, probablemente.
Pero lo que no aguanto es que alguien me eche en cara toda esta catastrofe de los cigarrillos electrónicos. No, esto no es culpa nuestra. El Estado reguló, el parlamento legisló y salió lo que salió. Nos vendieron que legislarían una equiparación con el tabaco, pero se fueron perdiendo cosas por el camino… del gobierno al congreso y del congreso al senado… y el articulado fue cambiando y cambiando y al final el texto decía otra cosa. De equiparación con el tabaco nada de nada. Ni en publicidad, ni en control de producto, ni en canal de venta. Ahora nuestros representantes descubren alarmados las consecuencias de que un producto de esta naturaleza se venda descontroladamente como si fueran caramelos. Y yo me pregunto: ¿Quién es el responsable de la salud pública en este país? Nosotros no, eso seguro.
Hola Reino de España, aunque lo he dicho mil veces, no me importa repetirlo: Esto no lo puede vender cualquiera en cualquier sitio. Hay que controlar la venta a menores, como con el tabaco, sí o sí.
Así pues todo señala hacia un lugar. Sí señores, efectivamente, se llama, ESTANCO!. Hace tiempo que está inventado. Vendemos productos peligrosos bajo licencia del Estado. Sujetos a un régimen normativo y sancionador que de tan estricto es asfixiante. Tráiganos el producto y nosotros se lo controlaremos, como hemos hecho siempre. Enmienden la ley. Nosotros les recaudaremos sus impuestos (que ya se les van a ocurrir algunos pronto) y controlaremos las ventas a menores. Para eso estamos, faltaria más. Y si al final hay que cargar con alguna culpa, allí estaremos, como siempre. Nosotros somos la solución, no el problema. El problema lo crearon ustedes. Con el debido respeto, piensen en ello.