Podemos estar a favor o en contra, considerarlo una aberración o muy al contrario lo más lógico, sensato y natural, se comparará con el alcohol o incluso con el tabaco… pero en cualquier de los casos parece claro que más tarde o más temprano (yo me inclino por esto último) tendrá acogida en España la legalización del Cannabis o marihuana para usos recreativos.
Es un dato trascendental la reciente legalización por un pais tan importante (en términos demográficos, de indicadores de prosperidad, de influencia en el ámbito internacional, pertenencia al G7… etc) como CANADÁ. Ya era así en Uruguay, incluso en algunos Estados de EE.UU., y se prevén próximas adhesiones a este régimen como el caso de México. Actualmente en algunos cantones de Suiza se puede comprar (ojo, en Estancos¡¡) paquetes o botes de marihuana (como los de la foto), libremente y sin problema; eso sí, tienen controlado que el nivel de THC sea inferior al 1 %.
Y es también un dato incontestable el ingente importe económico que mueve el mercado de la marihuana: por ejemplo en la propia Canadá se estima en más de 3.300 MILLONES el volúmen de ventas ilegales en 2017. Como lo es que el Estado español necesita cada vez más dinero… suben los gastos y baja la recaudación de impuestos. Y que algunos grupos políticos ya están incidiendo en esta materia.
Más recientemente, el diario EL PAIS (11/12/18) se hizo eco de la noticia ‘La gran tabacalera de EEUU toma posiciones en el negocio del cannabis’, desembolsando ‘la dueña de Marlboro’ 1.800 millones de dólares para hacerse con el 45 % del capital del productor canadiense de marihuana Cronos… Dice en ese artículo cosas como ‘La matriz de Philip Morris aporta a Cronos su experiencia de comercialización del tabaco, un factor que puede ser importante al estandarizar —en un futuro no tan lejano— la comercialización del cannabis a escala global’. Suficientemente elocuente por sí solo.
En este previsible (o por lo menos bastante probable) escenario futuro, podemos resignarnos a tener un papel secundario (o peor aún, a no tener papel) o bien trabajar desde el minuto 0 en poder tener un papel protagonista. Vemos ya que hay quien dice que ya existe una infraestructra en los alegales ‘Clubs de Fumadores de Marihuana’, en el que siendo socio se puede comprar y consumir allí marihuana.. Pero lo que es evidente, es que el Estado dispone hoy de una importante (y controlada) Red de Expendedurías oficiales en todo el país, que ya tiene obligación de controlar y fiscalizar la no venta a menores de otros productos; esa red está muy bien repartida y puede hacer (otra vez) de ‘oficina recaudatoria’ para las arcas publicas, que es lo que viene siendo hoy en día un estanco. No nos engañemos. Y lo cierto es que -como decía al principio, sin entrar en consideraciones personales, éticas o de cualquier tipo- es que se trata de un pastel muy tentador en términos de negocio; esa ‘exclusiva’ en el comercio legal del cannabis. No parece lógico que se venda en un supermercado u otras tiendas genéricas (que a buen seguro también se moverán para que sea así); pero seguramente sí parece más normal que lo fuera en Farmacias. El colectivo de estanqueros, que es muy importante y que tiene fuerza, debe reflexionar sobre la oportunidad (o necesidad) de tomar cartas en el asunto; siempre un colectivo unido hace más fuerza y presión. Y es un objetivo perfectamente legítimo.
Manuel Babío – Estanco Baiona 1. Diciembre 2018