La FDA (Food and Drug Administration) que en los Estados Unidos se encarga del control del tabaco anunció un plan destinado a reducir la nicotina en los cigarrillos hasta niveles considerados no-adictivos.
En su anuncio el nuevo responsable de la FDA, el Doctor Acott Gottlieb, no se anduvo con chiquitas y recordó que el tabaco es la principal causa prevenible de muerte en los Estados Unidos con cerca de 500.000 fallecimientos anuales y que es el único producto legal que consumido durante largo tiempo, mata a la mitad de sus usuarios.
Las empresas tabaqueras, evidentemente, se hundieron en Wall Street. La idea de reducir los niveles de nicotina en el tabaco supone centrarse en la adicción y no en la salud propiamente dicha ya que no es la nicotina la que causa el cáncer si no los otros compuestos químicos del humo. Se trataría, en sus propias palabras, de devolverle al consumidor su libre voluntad de fumar y de dejar de fumar, ya que se reduciría a tal punto la nicotina que ya no se fumaría por adicción. Este enfoque contradice la estrategia de las compañías enfocadas en reducir la toxicidad, mediante por ejemplo, los cigarrillos electrónicos o el tabaco sin combustión pero mantener la adicción nicotínica.
Cuando hablamos de cigarrillos con niveles no adictivos de nicotina, no hablamos de los “low” o “light” que habíamos conocido. No nos confundamos. Lo que propone la administración americana es poner un nivel tan bajo que no genere adicción. Hablamos de un nivel muy muy bajo, tan bajo que las compañías ya se han manifestado en el sentido de que obligarles a reducir la nicotina a ese nivel es de facto una prohibición y recordando a la administración que la FDA no tiene poder legal para prohibir.
Curiosamente la nicotina es un elemento que se disuelve en el agua y basta con mojar el tabaco para eliminarla. De hecho, el tabaco sin nicotina o con muy bajos niveles de nicotina se conoce desde el siglo XIX y en 1980 la ingeniería genética ya desarrolló las primeras plantas de tabaco sin nicotina. Incluso Philip Morris llegó a comercializar algunas marcas, Merit De-Nic, Benson & Hedges De-Nic, DesNICotinizadas al 97%.
El anuncio de la FDA americana no es para mañana pero el Dr. Gottlieb enfatizó sin ningún rubor que es urgente actuar si se quieren salvar las vidas de los 17 millones de americanos que morirán por causa del tabaco de aquí a 2050 por lo que se espera que se establezcan limites de nicotina progresivamente decrecientes en los próximos años. Se abre con esta, otra vía de ataque al tabaco; ya no en sus componentes más tóxicos, liberados en la combustión, si no en la parte adictiva. Los millones que llevan gastados las compañías para construir el futuro post-cigarrillos centra su estrategia en la venta de la misma nicotina bajo otras formas menos dañinas. La vía americana parece tolerar lo dañino siempre que se elimine la nicotina de manera que el usuario pueda dejarlo cuando quiera. El debate ya está abierto.