Ingerir comida basura, beber alcohol en exceso, adicción al azúcar, sedentarismo digital… Son hábitos que, sin control, conllevan a largo plazo graves riesgos para la salud. ¿Quién es el responsable de ellos? ¿El individuo? ¿El país que permite su existencia?
Un colectivo de afectados por el tabaco anunció este mes de junio que estudia pedir responsabilidad patrimonial al Estado por el fallecimiento de sus familiares a causa del tabaco. Responsabilizan de ello a los ministerios de Sanidad y de Consumo por permitir su comercialización.
El debate da para mucho, porque fumar es una elección.
En España, además, el control sobre el tabaco es in extremis: solo está permitido a partir de la mayoría de edad —cuando uno ya tiene suficiente criterio para saber qué le conviene; la venta queda restringida a estancos y PVR; y hay advertencias sanitarias —gráficas y explícitas— hasta en la sopa.
En fin, que quién empieza a fumar es porque quiere. Como quien escoge comer ciertos productos o sube siempre en ascensor.
Yo me forro, tú te forras, él se forra…
Con ganancias de hasta 7.000.0000 M€ por una licencia de estanco, poco interés tendrá Hacienda en que esta denuncia prospere. Aunque nunca se sabe…
España se embolsó el pasado año la friolera de 7.075.166.094 € en impuestos al tabaco. Y 1.708.872.453 € en IVA sobre el tabaco. Más una burrada de millones de euros por nuevas licencias de estancos y otra burrada por el canon. Que si uno se pone a hacer números, las cuentas salen bien.
Lo que está claro es que esto no es América, y desde el punto de vista de Infoestancos, lo tienen difícil. Que cada uno que cargue con su mochila.