¿Ya conoces las ‘nicotine pouches‘? Este nuevo producto sin tabaco y sin humo está extendiéndose por España y resto de Europa con éxito notable. Controlar su comercialización y consumo se ha convertido en un reto formidable… y urgente. El Ministerio de Sanidad ya se ha puesto en ello.
Las nicotine pouches son pequeñas bolsitas (parecidas a las de té) que se colocan debajo del labio o de la mejilla, en contacto con las encías, y van liberando nicotina sintética que se absorbe a través de los tejidos de la boca. Sin tabaco, sin combustión y sin nicotina procedente de la planta del tabaco. Hay que reconocer que el hambre agudiza el ingenio.
¿Por qué Sanidad tiene tanto interés en las ‘nicotine pouches‘?
Estas bolsitas se consideran un «producto emergente de tabaco y nicotina», aunque no contienen, en realidad, ni el uno ni la otra. Esta particularidad permite que se comercialicen libremente y los menores puedan acceder al producto fácilmente.
Se detectaron por primera vez en 2019 en el Reino Unido, Estados Unidos, y Suecia, donde tradicionalmente se ha comercializado tabaco estilo rapé o snus —prohibido en el resto de la UE. Pero en los últimos años ha surgido esta nueva versión que sustituye el tabaco por sales de nicotina, un producto químico obtenido en el laboratorio. Al tratarse de nicotina sintética y no contener tabaco, se definen como un producto «blanco». Están en un limbo legal.
Los estancos estamos de acuerdo, por supuesto, en que la venta de las bolsitas debe ser controlada y que es imperante su regulación. No repitamos el error cometido con el vapeo.
Tampoco hay para tanto ¿no?
Parece ser que sí. El Ministerio de Sanidad se ha puesto las pilas tras publicarse en abril un estudio elaborado por el gobierno de Alemania —país donde tienen la consideración de «producto alimentario novedoso»— para evaluar los posibles riesgos.
El contenido de nicotina más común es de 3 mg, 6 mg, 8 mg o 15 mg por bolsita —¡a gusto del fabricante!—. Pero como no hay límites, se detectaron concentraciones de hasta 47,5 mg/bolsita. Y eso es mucho.
Alemania ya ha empezado a retirar bolsitas que superen determinadas concentraciones. Los Países Bajos también ha prohibido todas las que superen ciertos límites, y Dinamarca introducirá un registro nacional para controlarlas.
La codicia mató a la gallina de los huevos de oro, siempre es la misma historia. No escojamos ese camino.