Es evidente la caída de la venta del tabaco en España, las razones para este brusco descenso son el cambio de hábito de los ciudadanos dando la espalda al tabaco por motivos sanitarios o económicos y la venta del tabaco ilegal.
Las ventas de otras labores no han sufrido una caída similar a la de las cajetillas de tabaco, pero en conjunto el descenso es impresionante.
La carga impositiva en el tabaco se apunta como la principal causa del descenso. Ciertamente mientras que en España los precios subieron del año 2000 al 2017 un 42.8%, el tabaco en 25 años, de 1990 al 2015 subió un 614% de media. Unos impuestos más elevados que el resto de productos con impuestos especiales, puesto que en España aproximadamente el 80% del precio del tabaco son impuestos, en el alcohol el porcentaje es del 43% y en los hidrocarburos del 47% (datos de Eurostat).
Si se incrementan los precios por encima de la renta disponible es de esperar el descenso en las ventas, si vemos gráficamente cómo ha evolucionado el P.I.B. per cápita y los precios de una de las labores de tabaco más vendidas de precio medio no hace falta ser estadista para tener clara la evolución del mercado:
La conclusión para todos esta clara: Los precios se disparan muy por encima de la renta disponible a causa de una carga impositiva excesiva y el consumo de tabaco desaparece por cambio de hábito o busca otra salida más acorde con el bolsillo del consumidor, como pueden ser el consumir marcas legales más económicas o pasar al mercado ilegal.
De estos datos se saca la conclusión que para recuperar algo las ventas solo quedan dos caminos, la lucha contra el tabaco ilegal con los recursos legales y las fuerzas de orden público y sacar al mercado labores cada vez más baratas para que el consumidor no realice el camino hacia el tabaco ilegal.
En muchos de los estancos ya se venden labores absolutamente lesivas para sus intereses por el miedo a perder los clientes y la recomendación de los fabricantes que venden estos productos como la única alternativa contra el contrabando y las falsificaciones. ¿Estamos seguros que esto soluciona algo?
Tenía un conocido que compraba relojes de un importador chino a dos o tres euros, los relojes eran malísimos, unas burdas imitaciones de marcas conocidas. Se enfundaba su gorra y su gabardina y todos los domingos y festivos los vendía entre el público del el rastro de Madrid enseñándolos a escondidas como artículos robados, los vendía entre treinta y cincuenta euros. Con ese sistema de venta se sacaba al mes unos mil euros limpios trabajando solo cuatro o cinco días al mes, un chollo que le funcionaba gracias a la especial idiosincrasia de los españoles, tenemos una inclinación general a ciertas conductas ilícitas que en nuestra sociedad no están mal vistas. Defraudar a la Hacienda pública es para presumir de ello, comprar más barato porque es robado o ilegal es estupendo. Los ladrones de los supermercados venden los productos robados a diario en la puerta de los mismos establecimientos, la gente los compra y lo ven bien, ¡se tienen que ganar la vida!, pobrecillos y además, bastante ganan ya los de las tiendas.
En nuestros estancos luchamos contra el mercado ilegal con las herramientas que a lo mejor funcionan en otro país, pero en España no. Si la pobreza empuja a nuestros clientes a comprar un kilo de tabaco picado en bolsas por internet, tener la seguridad que aunque vendamos picadura de pipa a 1,10€ la bolsa de 30 grs., no nos comprarán a nosotros. Hoy en día hay labores de tabaco que son más baratas que el tabaco ilegal y con todas las medidas sanitarias que desde luego no tienen las bolsas de tabaco llenas de exoesqueletos de cucarachas y gusanos que compran por internet, aun así las compran porque es ilegal, su principal y único atractivo.
[ads1]Introducir en nuestros estancos cigarritos, picaduras de “pipa”, cajetillas low cost para conservar los clientes es un esfuerzo inútil que perjudica nuestros intereses. Nadie nos obliga a introducir determinadas labores, no tenemos porqué hacernos el harakiri, perdiendo el miedo y eliminando de nuestro catálogo de los productos destinados al público más humilde ganaremos más, reduciremos nuestros costes de stock, simplificaremos nuestros inventarios y ampliaremos la rotación de productos.
Estoy convencido que una de las causas de la disminución de las ventas, además de las anteriormente expuestas, es la de la simple oferta del tabaco ilegal, solo con su presencia ya incita a la compra por parte de algunos consumidores en los que no influye el precio, solo el atractivo del “lado oscuro”.
Ramón Pérez Camacho – Expendeduría 280479