La Comisión Europea viene advirtiendo regularmente de los bajos precios del tabaco en algunos Estados Miembros. Las diferencias de precios entre Estados generan contrabando y frenan la reducción del consumo (existe la idea generalizada que el precio desincentiva el consumo).
Pero si lo analizas bien, no están hablando de nosotros. Un paquete de 20 tiene, por ejemplo, un precio medio de 2.57 euros en Bulgaria, pero si tenemos en cuenta el nivel de vida de cada país, los 5.38 euros que cuesta en Dinamarca, los 4.63 euros de Luxemburgo o los 4.74€ de media que cuesta en Austria, son incluso más baratos.
En España todo el mundo habla de los precios de Francia, Reino Unido o Irlanda que alcanzan o incluso superan los 10 euros, pero es una falacia, otra más, que utilizan algunos para llevar el agua a su molino. La realidad es que, si comparamos precios y niveles de vida, el tabaco en España está caro.
La Unión Europea quisiera armonizar los impuestos y así de paso subir los precios, pero no parece nada probable. La directiva de 2011 ha quedado desfasada, actualmente es sólo de 90 euros por cada 1000 cigarrillos con un mínimo del 60% del precio final. Nosotros andamos ya muy por arriba. Y la armonización de impuestos se ve imposible. Difícilmente se llegará a un acuerdo para introducir mayores impuestos mínimos. Cada país anda por su lado, y algunos claro, sacan provecho. El comercio ilícito en Europa alcanza el 8% del consumo total y en España mejor no hablar.
El tabaco en España, si tenemos en cuenta el nivel de vida es caro, suficientemente caro, si lo comparamos con nuestro entorno económico. Aunque parece ser que el nuevo Gobierno está dispuesto a subirlo un 10% de manera más o menso inmediata según las informaciones que han aparecido en diferentes medios informativos.